jueves, 17 de diciembre de 2009

Desagradecidos

Hoy me he topado con algo que me ha hecho poner esa sonrisa que mis amigos definen como la de "las ganas de matar". Va siempre seguida de una pequeña carcajada fingida y un resoplidito de autocontrol. No la pongo a menudo, sólo cuando llego a casa y veo que mis compañeros de piso no han fregado los platos de la cena (de hace dos días), cuando el autobús de cada mañana se marcha aún consciente de que corro detrás de él, cuando miro mi algo desértica agenda y descubro a las once de la noche que tenía un texto que leer para el día siguiente y para el cual la definición "extenso" se quedaría en eufemismo... etcétera etcétera.

Me han enviado una invitación en una de esas redes sociales tan populares últimamente. "Invitación" suena bien, pero era de algo que, al primer golpe, me ha parecido una broma.



"Día internacional de saltarse las clases"


Ale, y se quedan tan anchos. Por lo visto pretenden que el día veinticinco de febrero, todo alumno de todo rincón del planeta no vaya a clase por el simple y exclusivo motivo de que no le da la gana. Nada más.

No me quedan abuelos vivos, por desgracia, pero sí quedan vivas en mi mente sus palabras. Uno de ellos, me dijo una y otra vez que jamás desaprovechase la oportunidad de estudiar, que poder ir a la escuela, al bachillerato, a la universidad e incluso más allá fue algo inconcebible para él. Y no hablo sólo del pasado, hablo de que incluso hoy en día hay decenas de países donde los jóvenes y no tan jóvenes no pueden abrir un libro... porque ni siquiera los tienen.

Ni libros, ni aulas, ni pupitres, ni profesores, ni lápices, ni libretas a cuadros, ni cinta correctora en carcasa de colorines, ni sacapuntas con doble agujero, ni estuches pintados ni rotulador permanente con el que pintarlos, ni mochilas renovadas cada año ya sea con ruedines, clásicas o bandoleras, ni batas para no ponerse perdido ni témpera o acuarela con las que mancharlas, ni agenda donde apuntarse los deberes, ni folios para que el profesor les entregue esos deberes, ni pegamento en barra, ni tijeras, ni corcho, ni lápices de colores, ni "plastidécors", ni gomas de borrar ni carpetas ni forro autoadhesivo.

Ya no hablemos del autobús escolar, ni del ordenador de marras. Incluso hay gente que no tiene ni unos padres para que les chillen: ¡Haz el favor de levantarte e ir a clase!

¿Qué conclusión saco? Que somos unos desagradecidos. Podemos ir a clase sin mover un dedo, hasta secundaria ni siquiera hacemos el esfuerzo de aprender algo y miramos por la ventana mientras nos explican la lección, creyendo que ya lo sabemos todo. Cuando llegamos a la universidad, faltamos a clase deliberadamente, gruñimos con la mejilla sobre la mesa de la cafetería de la facultad que no nos interesa lo que estudiamos mientras se enfría nuestro café, eso sí, "universitario". Cuando vamos por la calle lucimos la carpeta con el logo de nuestra universidad con orgullo, como un "mírame, sé más que tú", al desconocido posiblemente doctorado que nos pasa por delante. De eso nos sirve.

Conozco a gente que emplea todo lo que gana en pagarse los estudios, que celebra cada beca o ayuda que pueda percibir para seguir adelante. Gente que cree en lo que hace, que ama lo que estudia y que lucha por ello. Ojalá en el mundo, antes de dejarte entrar en una universidad, evaluasen hasta qué punto vas a dar lo mejor de ti por esa carrera.

En mi clase actual empezamos más de ochenta personas. Yo, los días normales, no veo a más de cincuenta rondar por las aulas. Eso sí, el veinticinco de febrero todos a hacer novillos, que somos más chulos que nadie y seguro que el mundo entero admirará y aplaudirá nuestra iniciativa.



martes, 15 de diciembre de 2009

Ojos vendados

A veces me sorprendo, estudiando lo que estudio, de lo mucho que desconozco. Si sí está claro que la lección más grande que he aprendido en mi vida es que no sé nada, en esta universidad me enseñan a darme cuenta de que desconozco incluso aquello de lo que creía saber algo.

Corea del Norte.

Pinta mal, ¿eh? Comunista, cerrada, belicosa y resentida. Hermética, atrasada, intransigente, desafiante e individualista... Eso lo que llega a nuestros oídos.

Empiezo libro sobre este país. Se titula "El país del Presidente Eterno". Antes de empezar a leer, me pregunto el por qué de ese nombre. Desde el primer capítulo me aclaran la duda.

"Corea del Norte es el único país del mundo donde el título de presidente lo ostenta un difunto. El Gran Líder, Kim Il Sung, falleció el 8 de julio de 1994, casi medio siglo después de haber fundado la República Popular Democrática de Corea (RPDC). Su hijo Kim Jong Il, conocido como el Querido Líder, heredó las riendas del poder, pero rehusó atribuirse formalmente la etiqueta de presidente y en 1998 reformó la constitución para nombrar a su padre Presidente Eterno del País. "

Roger Mateos Miret

¿Curioso, eh? Yo por lo menos no lo sabía, y mira que parece ser una de las cosas más básicas sobre este país. Si ya desde el principio me sorprende de esta manera, vete a saber qué me espera leyendo este libro. Os mantendé informados para ver si, gracias al conocimiento, aprendemos a mirar a lo desconocido con unos ojos más allá de la mera desconfianza y el desinterés.

jueves, 3 de diciembre de 2009

Carta a mi ancla

Cuando solicité marcharme muy, muy lejos de nuevo... Aún no te conocía.

Es curioso ver que se aproxima de nuevo el momento de irse. Ese tic-tac interno, esa inquietud de pensar que cada día estás más cerca del momento, que cada día estás más lejos de donde pones los pies.


¿Sabes que resultó lo más duro de irme al Sol Naciente? Volver.

Cuando vuelves, nunca nada es igual. Y no, no importa cuánto lo intentes... nunca más volverá a serlo. Nos marchamos creyendo que aquí el tiempo se detendrá, que todo el mundo te estará esperando con una sonrisa en la cara y con los brazos abiertos, pero lo cierto es que nadie se detiene en el camino a esperarte. Pero, eh... pensadlo bien, ¿si queréis a alguien con toda vuestra alma, querríais que se detuviese por vosotros? No, por lo menos yo no. Prefiero que avancen libremente, y yo... yo cuando vuelva ya les alcanzaré poco a poco.

¡Mi ancla! Que me mantiene sujeta a esta tierra con todo su peso, con toda su contundencia. No sólo es una, son muchas, muchísimas... Esos amigos que siempre han estado ahí, esa familia inmerecidamente maravillosa, esos nuevos amigos, esos descubrimientos sublimes, esos compañeros de piso, de vida y de risas.

Cuando me concedieron esa beca, firmé la aceptación instantáneamente, sin mirár atrás. Todos los que me conocen saben que si no lo hubiese hecho, hubiese dejado de ser yo. Pero, eh... ¡Qué duro! Qué duro separarme de ti, separarme de todos vosotros.


¡Taiwan, espérame! Vas a tener que ofrecerme mucho para paliar el desconsuelo de marcharme de aquí.

miércoles, 25 de noviembre de 2009

Próxima estación

Hace algo más de diez minutos me acaban de dar una noticia.

Tengo una beca para marchar a Taiwán todo el curso que viene. El caso es que no me lo esperaba.

Ya está, nada más. Estoy temporalmente sin palabras.

Cuando lo asimile ya escribiré algo más bonito... jajaja.

domingo, 22 de noviembre de 2009

Cola informática.

Acabo de pasar unos días en la Universidad de Leeds (Inglaterra), y en el comedor del campus me topé con esta curiosa bebida:


¡La Ubuntu Cola!


Se la dedico con amor a Miguel (Kamugo) >XD

sábado, 14 de noviembre de 2009

Haiku del día

宿の春
何もなきこそ
何もあれ


Yado no haru, nanimo naki koso, nani mo are


Mi casa en primavera.
No tiene nada,
y por eso lo tiene todo.




.

jueves, 12 de noviembre de 2009

Carta a papá Noel

Hola, papá Noel:

Este año no quiero que me traigas nada.

Siempre has sido muy bueno conmigo, siempre me has entendido y me has permitido hacer todo lo que quisiera, confiando en que yo llegase a conocer mis propias limitaciones. Tu ayuda ha sido siempre vital, imprescindible... y un auténtico regalo del cielo.

Incluso cuando he perdido un poco el norte, incluso cuando me he creído perdida... tú, en silencio, me has dejado decidir por mí misma. Ahora me dices que estás orgulloso, y yo... yo no podría ser más feliz.

Si tuviese que pedirte algo obligatoriamente, sí o sí... quizás podría pedir ese piano que siempre deseé saber tocar para poder hacerlo sonar por las mañanas, podría repetirte que quiero conducir por las noches en una carretera a oscuras... pero en realidad, espero que sepas que no quiero nada, nada más que lo que tengo ahora.

Papá... digoooo, ¡papá Noel! Si tuviese que pedirte algo obligatoriamente, sí o sí... quizás te diría: No cambies nada... y tú no cambies nunca.


[Hoy suena en mi vida: George Winston-Graceful ghost]

miércoles, 11 de noviembre de 2009

Confianza

Es algo que falta bastante en España. ¡Y justificadamente! Cuando nos agarramos el bolso en la calle, cuando miramos mal al que se acerca a lo lejos... pero es que estamos tan acostumbrados a que nos intenten tomar el pelo, que ya correteamos a la defensiva por la calle, apretando el paso... no vaya a ser que alguien nos siga.

A veces me preguntaban por qué los japoneses se duermen en el tren de forma tan masiva y fulminante. Bueno, quizás estén cansados, sí... pero yo creo que, simplemente, duermen porque pueden permitírselo.

Saben que si se quedan dormidos, la maleta que han dejado en el estante sobre sus cabezas no va a desaparecer, que nadie va a intentar meterles la mano en el bolso... entre muchas otras cosas. Existe un sentimiento constante de seguridad, de confianza mutua entre todos los habitantes de la ciudad.

Cuando fui a Alemania, me encontré que tenían un curioso sistema para contabilizar las cervezas que llevaba pedidas el cliente:


¡Dibujan una ralla a lápiz en el posavasos por cada vez que te llenan el vaso!



Cierro los ojos y me imagino lo que pasaría en España si se intentara hacer igual:

1- La gente iría con una goma de borrar en el bolso.
2- Se traerían posavasos en blanco que les habría traído alguien que trabaja en un bar.
3- Descaradamente, se limitarían a decir que han perdido el posavasos o que se lo ha llevado el aire.

¿Por qué no podemos confiar en el de al lado? Porque el de al lado no confía en nosotros.

El pez que se muerde la cola, la eterna maldición de éste país.

domingo, 1 de noviembre de 2009

¡Grita!

Acumula en esta vida a los amigos que te ayuden a crecer, a nadie más.

Si te topas con gente que insiste en ponerte piedras en el camino, que se desvive por alzar muros y procurar que no los saltes... tú sáltalos, sortéalos, y grita a esos individuos desde arriba:

NUNCA podréis pisarme.


Y lo digo desde mi blog, ¡SÍ! mi blog. Porque lo amo con toda mi alma, y esto tampoco podrás cambiarlo. ¿Sabes por qué? Porque...

NUNCA dejaré de escribir.



lunes, 26 de octubre de 2009

China en África

Voy a profundizar un poco en el temita que di a entender hace un par de días.

Estoy leyendo el libro China en África, de Michel Beuret y Serge Michel, y lo que estoy aprendiendo de su lectura no me está dejando precisamente indiferente. Os hago una síntesis...


¿Verdad que nadie o muy pocos de vosotros sabía que China y África mantenían relaciones entre sí al margen de occidente? Pues así es. Occidente ha ignorado estas relaciones durante décadas por considerarlas de poca importancia, o bien por la pedantería y sentimiento de superioridad que nos ha caracterizado durante siglos. "¿Por qué hacer caso de algo que no tiene nada que ver con nosotros?".

Pues ahora sí importa. Ahora importa, porque se nos escapa de las manos. El afán de tenerlo siempre todo controlado ha sido la huella de la cultura occidental desde tiempos inmemoriales, y ahora que nuestros pequeños subordinados piensan, actúan y deciden por sí mismos... nos ha entrado el pánico.

"Los chinos nos ofrecen cosas concretas, y Occidente, valores intangibles. Pero, ¿para qué sirve la transparencia, el gobierno, si la gente no tiene electricidad ni trabajo? La democracia no se come".

Serge Mombouli


Occidente saqueó, expolió y utilizó África durante siglos para su propio interés. Ahora, "arrepentida" de haber crecido gracias a aposentar sus pies sobre los lomos de los demás, se da la vuelta hacia África, llora un poco sus desgracias, crea oenegés que darán de comer a cuatro niños y vacunarán a otros cuatro... mientras que los gobiernos dirán que no ayudarán a los países más pobres de África hasta que no acepten el sistema de gobierno que ellos consideran correcto.

Resumiendo, si usásemos mi forma de explicar las cosas: la narrativa, la relación Occidente-África se podría reducir a... "Pobrecito... toma una galletita. En realidad tengo un pastel para ti, pero hasta que no seas democrático no te lo voy a dar. ¿Que no es tu culpa que tu gobierno sea corrupto? Ehm... bueno, me da igual, si en realidad lo del pastel era mentira".

Los chinos, en cambio, aparecieron en África para hablar de negocios. Sintetizando mucho... China necesita recursos y materias primas, y África necesita infraestructuras y progreso. China construye presas, indústrias y carreteras en África para favorecer la explotación de los recursos que luego se llevará a su país, y África le deja hacer con tal de que el gigante asiático invierta en ese hostil territorio y de una oportunidad de trabajo a sus ciudadanos.


Los chinos ven a África como un amigo, un igual. Es esta relación de igual a igual la que se nos ha olvidado a los occidentales, que miramos a todos por encima del hombro, olvidándonos de que, como nos despistemos, pronto perderemos ese trono en el que tanto, tantísimo nos hemos aposentado estos años a costa de los demás.

Todo esto plantea otro problema... ¿Aguantará nuestro planeta la emergencia de otro continente entero? ¿Podremos mantener coches para toda China y África? ¿Papel higiénico para toda China y África? ¿Deforestaciones para construir unifamiliares y chalés para toda China y África? ¿Gas, luz y electricidad para toda China y África?

¿O quizás hemos construido un mundo que está hecho para que sólo unos pocos vivan bien y ahora que todos quieren subirse al barco estamos condenados a la autodestrucción?

La respuesta es la misma que para todas las cuestiones que existen en éste mundo: Sólo el tiempo lo dirá.

viernes, 23 de octubre de 2009

La mayor ironía de todos los tiempos.

Cuando en la alemania nazi, esa alemania de la segunda guerra mundial, capturaban a los ciudadanos judíos y a muchos otros considerados sencillamente "indeseables"; les llevaban a un lugar desconocido entonces, a un centro donde se les haría pasar frío, calor, hambre y penúrias de todo tipo; se les haría trabajar hasta el agotamiento, se les asesinaría a sangre fría y se les incineraría hasta no dejar rastro de ellos.

Cuando esos pobres condenados accedían al lugar que les vería morir, cruzaban una puerta como esta:



"Arbeit macht frei"
"El trabajo os hará libres"

Porque la ironía, señores, por desgracia no sólo existe como condimento del humor. También parece serlo, y con fuerza, del horror de los horrores.

lunes, 19 de octubre de 2009

Girafa... ¿Kirin?

Os dije que os hablaría de las cosillas que voy haciendo en mi universidad, pues es una carrera nueva y desconocida para el mundo exterior... jajaja.

Pues bien, voy a poneros una de las innumerables cosas que ando aprendiendo en este curso que yo describiría, en pocas palabras, como... muy recomendable y sumamente interesante. Apenas hemos empezado, pero mis sensaciones hasta ahora de este curso son tremendamente positivas y recomiendo a todo aquel que esté pensando en cursarlo que se anime a hacerlo.

Hoy os hablaré de una anécdota cultural. Existe en Japón un ser mitológico llamado Kirin (que para los más cosmpolitas es también una marca de cerveza en Japón). Curiosamente, una de las cosas que más me confundió cuando empecé a estudiar japonés era el hecho de que las jirafas, en este idioma, también se llaman Kirin.



"¿Por qué es esto?" Me pregunté. Pensé que sería una simple coincidencia, una homonimia casual.

Hoy, leyendo una lectura obligatoria de la universidad, descubro el origen de esta palabra. Resulta que los chinos llegaron a exlorar el mundo mucho antes que los europeos; tanto, que los chinos afirman que sus ancestros llegaron a las tierras de Cleopatra ya en el siglo IaC.

El intrépido exporador Zheng He, en 1414, viajó a África y al sur de Asia y trajo consigo a diversos animales que encontró en la zona para mostrárselos a su pueblo. En su navío viajaron varias fieras, avestruces e incluso rinocerontes, pero el ser que más cautivó a los chinos fue la jirafa, animal que el rey de Bengala regaló al explorador y al que los chinos confundieron con un ser de la mitología china: El Qilin, mezcla de buey, unicornio y ciervo.


Es de suponer que el animal, que al no haber pisado jamás tierras orientales y al carecer de nombre en la lengua de la dinastía, recibiese pues la misma designación que su supuesto pariente: Qilin, o Kirin, como quedó transformado en lenguaje japonés.

De ahí que dos seres tan diferentes se llamen igual.



El libro que estoy leyendo actualmente se titula China en África, de Serge Michel y Michel Beuret. Sólo su nombre ya hace fruncir el ceño de curiosidad: ¿Es que China y África tienen algo que ver? Pues la respuesta es... os sorprendería.

Porque así está resultando ser mi carrera: Sorprendente. Sorprendentemente interesante.

viernes, 16 de octubre de 2009

Mizaru, Kikazaru, Iwazaru.

El comentario de Ravengoh y una conversación de sobremesa que tuve hace apenas un par de días me han motivado a escribir este post.

Os preguntaréis... ¿Qué es eso del título? Bien... Seguro que os suena esta imagen:



El título del post viene a ser el nombre de éstos tres monitos:

Mizaru: El mono que no ve.
Kikazaru: El mono que no oye.
Iwazaru: El mono que no habla.

En japonés: みざる、きかざる、いわざる 「見ざる、聞かざる、言わざる」 conforman un juego de palabras.

Añadir "zaru" al verbo es una forma arcaica del japonés que se usa para la negación. A su vez, "saru" significa mono en japonés. De ahí que se trate de monos y no de cualquier otro animal el que encontramos representado.

La frase, traducida, significaría: No mires, no escuches, no hables.

Se especula mucho sobre el significado de este dicho, pero quizás la gracia está en que cada uno lo interpreta a su manera. Cada persona es libre de elegir lo que cree que no debe oír, decir o ver.

Según mi forma de ver el mundo, mis "Mizaru, Kikazaru, Iwazaru" serían:

No mires al necio.
No escuches banalidades.
No hables más que la verdad.

¿Cuáles serían vuestros tres?

Berlín, herida de guerra.

¡Hola chicos! Siento la tardanza, no hay excusa: He estado recluida en mi mundo de felicidad XD

Vamos a ponernos serios, que hoy os hablaré de esta ciudad: Berlín.

Llegamos a Berlín por casualidad, como por un capricho del destino. Puede sonar a tópico, pero es totalmente cierto: En mitad del viaje, nos topamos con unos viejos amigos. ¿No os pasa eso de encontraros a gente conocida en la otra punta del mundo? A mí, curiosamente, me ha ocurrido en un puñado de ocasiones.

Hablamos con ellos, y resultaba que estaban haciendo un itinerario muy parecido al nuestro.

"¿Y no iréis a Berlín?" Preguntan.
"No... no está en nuestros planes, en principio".
"Eso no puede ser. Os reservaremos un hotel y vendréis con nosotros. ¡Es un pecado marcharse de Alemania sin ver Berlín!"

Así que acabamos pisando la capital sin haber tenido previa intención de hacerlo. Ahora, una vez de nuevo en mi Badalona, me echo las manos a la cabeza cada vez que pienso que podría haberme ido sin visitar esa maravillosa ciudad, esa ciudad... herida de guerra.

Porque así es Berlín.

A la grandiosa Berlín todavía le duelen las heridas, todavía le quedan cicatrices en todos sus rincones, sus remiendos intentan devolverla a la gloria del pasado... pero Berlín nunca volverá a ser la misma: No tiene por qué que serlo, pues ahora es mucho mejor que antes.


Sus cicatrices le recuerdan lo que pasó. No sólo no debe cubrirlas, sino que no desea hacerlo. Cargada de arrepentimiento, de culpabilidad... levanta la cabeza y procura seguir mirando al frente con dignidad.


Su gente sonríe, pasea por sus anchos parques y sus hermosas calles, mirando al futuro.

Porque miran al futuro, pero sin embargo no han olvidado lo ocurrido. Todo el mundo sabe que un día los canales tenían vallas metálicas, que los parques eran improvisados campos de cultivo que salvaban a la población de la hambruna y que las calles un día fueron trincheras donde morían sus abuelos, arrastrados por la condena de la guerra.


Berlín hubiese preferido no vivir nunca lo ocurrido, pero no entierra su pasado con vergüenza. No construye aceras ni edificios escondiendo lo que un dia fue un muro de cemento, Berlín destruye ese muro y coloca en su lugar una marca, una señal para que las generaciones futuras sepan siempre lo que un dia existió allí. Ahora podemos cruzar de un lado al otro sin ningún esfuerzo, pero esa señal nos recuerda que años atrás ese gesto podría habernos costado la vida.



Incluso hay heridas que ha preferido dejar abiertas; aquellas heridas que le ayudan a ser consciente de lo que vivió, aquellas heridas que le recuerdan que nunca, nunca más tiene que volver a dejar ocurrir algo así.

Berlín está herida de guerra, sí... pero es hermosa como ninguna otra. ¿Sabéis por qué? Porque ha vivido mucho, porque en su rostro se contempla la experiencia, la historia... y eso vale más que cualquier hornamento.

jueves, 3 de septiembre de 2009

Máxima

No hay autor si no hay principios.

En todo este año de locos he llegado a una conclusión final, a un principio que pienso grabar en mi alma por siempre. Para todo aquel que me conozca, que conozca también esto:


Caminante: Si me traes paz, te daré la mano.
Si me traes guerra, te daré la espalda.



Desde hace tiempo estoy tejiéndome un propio ideario, un libro forjado en mi mente repleto de frases, de principios que fabrico yo misma, como éste.

¿Tenéis vosotros alguna máxima de propia elaboración?

martes, 1 de septiembre de 2009

Moulin Rouge

Os pongo alguna fotillo anecdótica hecha desde el móvil y sin mucho que contar mientras logro recuperar la cámara de fotos para descargármela en el PC:



El famoso Moulin Rouge sigue operativo en París. Se puede ir a uno de sus espectáculos nocturnos si se está dispuesto a pagar los más de 100 euros que cuesta la entrada.


En la entrada principal se ve poco más que esto. Está situado en una zona de cabarets y clubs de "damas alegres" y otras especialidades variopintas. ¡Quien quiera entender, que entienda!

Pese al precio, se me ha quedado la espinita de entrar algún día. La apunto en "cosas que hacer antes de morir".

sábado, 29 de agosto de 2009

Rencor grabado en piedra

¡Hola chicos! Hace unos minutos he vuelto de mi viaje por Europa... ¡Tengo tantas cosas que contaros!

Todavía tengo que descargar las fotos al ordenador, deshacer maletas... pero os hago un post rápido con una foto que saqué desde el móvil:


Sí, es una tumba. Pertenece al cementerio de Père Lachaise, en París. En él están enterradas personalidades tales como Oscar Wilde o Frédéric Chopin.

Ésta tumba no es ninguna de esas. De hecho, es la tumba de una persona "normal".

Pero acerquémonos un poco más...


Encima del nombre grabado en letras oscuras, más ténue, más ilegible... se encuentra esta inscripción:

En memoria de

Fanny Ernst

3 de Diciembre de 1886- 1943

Asesinada por los alemanes en Auschwitz


Ésta tumba me hizo sentir una sacudida extraña en el pecho.

Fanny Ernst no está enterrada allí. Está seguramente en una fosa común, y su familia nunca sabrá dónde se encuentra; por no saber, ni siquiera sabe la fecha exacta de su muerte.

Ese rencor, ese odio, esa rabia se refleja en las palabras de más abajo. No dice "Fallecida", no dice una frase de recuerdo o de amor hacia su persona, ni siquiera dice a secas el nombre del lugar donde murió, no:

ASESINADA POR LOS ALEMANES en Auschwitz

Grita "Asesinato", y acusa a los autores con contundencia y claridad. Notar un rencor tan grande grabado a cincel en esa lápida me marcó enormemente.

En éste viaje he aprendido mucho. No sólo de la Guerra Mundial, sinó de las personas.

Según mi opinión no existe por naturaleza el cielo ni el infierno, ni existe el bien ni el mal como un concepto universal. Las personas somos los seres que creamos todo eso: Sólo nosotros podemos hacer las atrocidades más grandes, aquellas que incluso asustarían al diablo.

viernes, 14 de agosto de 2009

Hablando claro

Lo siento, niños, hoy sencillamente tengo que dedicarle un post a alguien muy especial.



Hay que ver qué complicadas parecen las cosas hasta que al fin se solucionan. Al ver la luz, el túnel que hemos pasado deja de parecernos tan largo.

Y ahora, lo que parecía muy complicado expresar tiempo atrás, se convierte lo más sencillo del mundo.

Es tan simple como decir:

¡Amiga mía! Siempre me río y te digo: "Eres mi persona favorita del mundo".

No llores, no vengas asustada a preguntarme qué sucede; te lo dije y te lo grito ahora para que quede grabado en la roca:

Siempre seré tu amiga.

domingo, 9 de agosto de 2009

Mar de tierra

Pasa que nací en un lugar en el que, para mí, el fin de la tierra se dibujaba con playas. El gigante azul se extendía hasta el infinito.

"Aquí se acaba la ciudad, la tierra, el país". Pensaba siempre con el agua de las olas hasta los tobillos.

Pero al llegar aquí, al ver que la línea azul no está por ninguna parte, al ver que el único mar que diviso es el infinito amarillo de los prados, pienso... ¿No será que hay mil mundos en este planeta? ¿No será que podemos vivir de muchas formas diferentes?

Amo el mar con toda mi alma, pero... ¿Y si no lo amara? Podría acostumbrarme a vivir entre los campos del color del Sol.

Y con esto me di cuenta, al fin, definitiva e irreversiblemente de la respuesta que tanto andaba buscando. En algún momento, el terroso suelo de las praderas me dijo:

Si algo no te gusta, si no tiene arreglo... no intentes enmendarlo, sencillamente tíralo. Vive la vida que te gusta, no la que crees que deberías aguantar.


Sí, amo el mar, pero también existen los prados infinitos, y... ¿Sabes qué? También son preciosos, tanto como el océano.




Me pregunto si existe mucha gente que nunca haya visto el mar. ¿Cómo se lo imaginarán?

lunes, 3 de agosto de 2009

Primeros colores de una ciudad nueva

Llego a Madrid entre túneles, y sigo bajo tierra hasta bastante después.

"Los barrios de Madrid tienen nombres divertidos... ¿¿¿Lavapiés???"

La primera vez que veo el sol es al salir a una plaza de España, y digo "una" y no "la" porque como mínimo en mi tierra ya hay una llamada así.

"La gente de Madrid tiene unos gestos y una mirada diferente..."

Paso por calles transitadas, de edificios altos y aceras anchas. El calor es distinto, más seco, más fresco a la sombra.

"Es parecido a mi hogar... Pero a su vez muy diferente. Algo tiene un color distinto aquí".

Entre el gentío, me cruzo con un vendedor de lotería. Está apoltronado en una silla enmedio de la calle, con sus gafas de sol y sus décimos colgando de la camisa. Grita:

- ¡Nueve millones de euros! ¡Nueve millones para no dar palo al agua!

Sonrío al pasar de largo. ¿Sabes? Me gusta Madrid.

domingo, 2 de agosto de 2009

Partida

Preparo maletas para mi partida a Madrid.

Me voy mañana con el amanecer, y aunque el viaje no será muy largo, decido hacer unos arreglos en la música de mi móvil-mp3 para tener algo de frescura en mis ya demasiado escuchadas canciones.

Agrego nuevas, revivo algunas antiguas... y entre las más olvidadas hallo una de Yui, esa cantante tan adorada por Heru y muchos otros.

Pongo una al azar y suena:

どうして人は言葉を持ったのだろう
心が見えにくくなる
Doushite hito wa kotoba wo motta no darou?
kokoro ga mienikuku naru


¿Por qué será que las personas utilizamos palabras?
El corazón se vuelve así más difícil de ver

Yui- Why?

Sí, desde luego a veces la mejor forma de decirlo todo es, sencillamente, no decir nada.

Os tendré informados de mi viajecito ;) ¡Mi pequeño ordenador se viene conmigo!

lunes, 27 de julio de 2009

Muros que hablan

Camino por las calles a pleno sol, el día enrojece mi piel y seca mis células, algo cansadas.

Vengo de hacer recados, recados que me llevarán en la dirección que creo acertada. La verdad es que en el fondo, muy, muy en el fondo, sólo tengo ganas de salir corriendo.

"Sé valiente", me digo cada vez que noto que me cansa ya mirar siempre por la misma ventana. Recuerdo mientras camino por la acera las recientes palabras de mi buen amigo:

¿Qué buscas de la vida, Nana? ¿Quién quieres ser? ¿Adónde van dirigidos los pasos de tu espíritu?

Tómate tu tiempo, y respóndete.

No dejes que el mundo se pierda a alguien como tú. Pero sobretodo, no te pierdas en ti misma.



¡Cuántas buenas lecciones le debo ya! Que son aire fresco para unos pulmones algo asfixiados. Me pregunto si algun día podré hacerle sentir que le he recompensado por su siempre amable atención.

En estos últimos días, me cuesta un poco coger un bolígrafo y ponerme a escribir.

Entonces pienso en ti, en que si tan sólo mis palabras pudiesen dejarte sin aliento, en que si tuviesen como mínimo la fuerza para conmoverte, escribiría hasta la última letra de éste mundo. No dejaría frase sin decir, no dejaría historia por contar si fuese para ti.

¡Qué cansancio! Y qué ganas de recobrar fuerzas. Tengo esperanzas de encontrar un buen futuro, pero siempre que cierro los ojos y lo veo tras mis párpados... no sé por qué, pero siempre me parece que está muy, muy lejos de esta ciudad.

Pensando esto en silencio, caminando despacio, topo con un muro que me dice con descaro:



Las paredes de cemento hablan más claro que yo. A partir de ahora intentaré escuchar sus palabras.

Y sí, gritaré cuando me queme.

domingo, 19 de julio de 2009

dijo la esfera al cubo...

Delante de la estación de Japan Railways (JR) de Shinjuku, en el centro del centro de la ciudad, hay una plaza rodeada de edificios y tiendas de electrónica y gente con megáfonos y transeúntes y más transeúntes y restaurantes y vías férreas elevadas y cruces luminosos y pantallas por todas partes.

Allí, haciendo esquina en esa plaza, hay lo que seguro que cualquier visitante espera encontrar sin dificultad en esa urbe de cemento y cristal:

Una frutería.

Porque Tokio es así, se pasa de las cámaras reflex a los melocotones en menos de dos metros.

- ¿Qué es eso?- le dije a Ami.
- ¿El qué?- Se quitó la cucharilla del helado de la boca.
- ¿Es una sandía cuadrada?- Digo acercándome al puesto, cuya fruta estaba expuesta dando a la calle.
- Sí... ¿Qué pasa?- Me dijo intrigada.
- Pues que había leído de ellas en internet... pero no esperaba que fuese cierto que existen.
- ¡Pues claro que existen! ¿Cómo no iban a existir?- Se rió de esa forma tan suya.
-¿Cómo que cómo no iban a existir? ¡Son cuadradas! Es antinatural.
- ¿Todas las sandías en Europa son redondas?- Me dijo como si acabase de decir un disparate.
- ¡Pues claro que sí!

Me miró de nuevo con los ojos abiertos como platos. Me daba la sensación de que estaba sinceramente sorprendida. ¿Es que acaso éramos nosotros los raros?

- ¿Y cómo son de grandes las sandías?

Le hice un círculo con los brazos, tocándome los codos con las manos, y haciendo una mueca dije:

- Más o menos así...

Se quedó mirando el círculo, relativamente grande, que dibujé entre mis brazos.

- Los europeos estáis locos...- sonrió.
- ¿Qué dices? Sois vosotros los que lo estáis... ¡Sandías cuadradas! ¿Pero para qué las queréis cuadradas?
- ¿Cómo las metéis en la nevera, ¿si no?

Me quedé en silencio absoluto.

- ¿Meterlas en la nevera? - Recuerdo las batallas de mi madre para meter al gigante verde en el frigorífico, partiéndola en dos y sacando todas las botellas de coca-cola y zumo para volver a ponerlas por encima de la carne y el pescado... - ¿Son cuadradas por eso?
- ¡Pues claro! ¿Por qué te pensabas que era?
- Ay, no sé... porque os gusta llevar la contraria.

Volvió a reírse, como de costumbre.

- Estáis todos locos...- me dijo.
- Pues... puede que sí.

De repente, la idea de tener una sandía redonda me pareció una completa estupidez.


miércoles, 15 de julio de 2009

Redireccionando

¡Bueno! Hola niños y niñas.

¡Sí! Sigo viva. El que no haya actualizado hasta hoy tiene un motivo muy claro: hasta hoy no ha acabado de definirse mi nueva trayectoria.

Y sí, hablo de "nueva trayectoria". Ahora os aclaro esto...

Quería comentar que no me meteré en los comentarios, discusiones y especulaciones varias del post anterior (¡Que vaya tela, niños! Mirad la sección "Principios de Nana's Diary" en el lateral de este blog y veréis que no tolero faltas de respeto entre usuarios, es por eso que no me he metido. Si he tenido que hablar con alguien lo he hecho fuera de este espacio).
El caso es que en estos días, por suerte, he recibido más mensajes de apoyo que de crítica y eso me ha ayudado muchísimo. No hablo de crítica constructiva, que esos comentarios también los aprecio, sino de crítica sin fundamento. A todos ellos... ¡Bye, bye, babies! Ha sido un momento bastante delicado de mi vida y una decisión que me ha costado horrores tomar, por lo que cualquier soporte ha sido un pilar indispensable. ¡A todos, gracias!

Pero bueno, comencemos con lo de la nueva trayectoria...

Me he cambiado de carrera. ¡Ya tocaba! Ahora que la decisión está tomada me parece la cosa más sencilla del mundo, pero decidirme a hacerlo me ha costado muchísimo. Siempre he tirado en línea recta, mirando al frente, dando pasos adelante uno tras otro. De repente, toparme con un camino que no me gustaba y tener que dar un paso hacia atrás ha sido complicado. Avanzar siempre es fácil, satisfactorio y gratificante, pero lo que es verdaderamente difícil es saber cuándo dar un paso atrás; nunca sabes si el suelo a tus espaldas va a seguir firme como antes.

Pese a todo, mis convicciones y objetivos son los mismos. Tengo la misma vocación y la misma meta, pero sencillamente la buscaré por otro sendero. Me he inscrito a Estudios de Asia Oriental en la Universidad Autónoma de Barcelona. Es una carrera nueva, por lo que el hecho de pensar que por mucho que hubiese querido no la hubiese podido comenzarla antes de este año me sirve un poco de auto-consuelo. El motivo por el que no he actualizado hasta hoy era porque hasta esta mañana no se ha publicado la asignación de plazas y, como he dejado entrever antes, prefería asegurarme de que el suelo que pisaba era firme antes de comunicaros nada.

La parte más difícil de mi decisión ha sido tener que sacrificar el viaje a Arizona. Éste era un intercambio programado por mi ex-universidad en el segundo curso, por lo que al cambiar de carrera, sencillamente no puedo ir. Me hacía una ilusión tremenda y tenía muchas esperanzas puestas en ese viaje, pero en el momento en que me di cuenta de que el intercambio se había convertido en mi única y exclusiva motivación para continuar en esa carrera... noté que algo fallaba. Las palabras las puso un buen amigo mío:

"Nana, eso es pan para hoy y hambre para mañana", me dijo.

No se trataba de que me quitasen la miel de los labios, se trataba de quitármela yo misma; renunciar por decisión propia a algo que deseas con toda tu alma. Creo haber tomado la decisión adecuada (aunque sólo el tiempo lo dirá), y he aprendido mucho de la experiencia. No se puede tener todo, y esta decisión me ha enseñado que muchas veces tenemos que aparcar algunas cosas por mucho que deseemos hacerlas.

En su lugar, haré otro viaje del que quizás saque también mucho provecho. El mes que viene me marcho a Alemania, y entre las varias ciudades que visitaré se encuentran Rostock y Hamburgo (que a los lectores del blog paralelo a éste les sonarán un poco) para realizar un poco de trabajo de campo y documentarme para elaborar como dios manda esa novelita que llevo en proyecto desde hace ya tiempo (la sigo escribiendo, cada día un poco más, preparándola para antes del fin del verano).

Bueno, creo que eso es casi todo. Me gradué en la Escuela Oficial de Idiomas de Barcelona y al fin tengo un título oficial de japonés, aunque también me estoy planteando eso de presentarme al Nihongo Nouryoku Shiken a finales de año. ¡Espero que me convaliden créditos! Hoy he hablado con mi nueva facultad y todo apunta a que sí. Si acaso explicaré los trámites y papeleos en éste blog para que algún día puedan servir de ayuda a algún intrépido navegante de la red (o a algún lector que ya esté ojeando esto).

Y también (¿Ves? Ya sabía yo que con lo de arriba no acababa), puesto que mi carrera es nueva y medianamente desconocida, he pensado en ir hablando sobre ella a medida que avance para ir creando una mínima fuente documental a aquellos que en un futuro se interesen por cursarla.

Como veis, soy la misma de siempre. He resucitado y miro en la misma dirección; camino por otro sendero, pero mi mirada sigue fija en el mismo punto.

Y para hacerme pesada y no acabar nunca este post... ¡Gracias de nuevo a todos! He notado que éste blog me pone los pies en la tierra. El hecho de vivir y actuar pensando "esto tengo que escribirlo en el blog" hace que me plantee y piense las cosas con mucha más calma, con la cabeza fría. Sé que sólo así lograré explicar mi vida en palabras.

¡Comienza una nueva etapa! Miro desde la superfície a mi antiguo ataúd, ya vacío, y os saludo.

viernes, 19 de junio de 2009

In memoriam



R.I.P.

Marta Narváez Navarro

29/11/1989 ~ 19/06/2009


Aquí yace la mente y el espíritu de una pequeña, una minúscula escritora con unos desproporcionadamente grandes lectores.






Que si mi único y pobre don es la palabra, hoy hasta eso me han arrancado. Me he quedado atónita, perpleja, completamente paralizada. Mi yo de siempre podría escribir párrafos enteros sobre una solitaria paloma atravesando el cielo, pero después del golpe de hoy... sólo un grito de horror puede expresar lo que siento:

Cielos, ¡Cuánto, cuánto desprecio mi carrera y mi universidad!

Doy gracias, pese a todo. Gracias a que la rabia y el odio que canalizo hacia ese lugar me impiden despreciar a alguna otra cosa más en el mundo. ¡Con una carrera así, es tan fácil amar a todas las demás cosas de la vida!

¡Qué hermoso es el mundo! Mi cadáver sonríe y os saluda.

martes, 9 de junio de 2009

Oculta humanidad

En un intento de autoconvencerme de la necesidad de ponerme a estudiar, me fui a la biblioteca de mi universidad. Ese sitio siempre me ha intimidado un poco: El silencio absoluto, las caras serias, los libros apilados, los arcos de ladrillo alzándose decenas de metros sobre el suelo...

De alguna forma, siempre que voy a ese lugar me da la sensación de que todo el mundo a mi alrededor es más serio y responsable que yo. Los veo ahí, estudiando calladitos, como si no tuviesen la más mínima gana de estar haciendo otra cosa. A mí me pasa que nada más sentarme a estudiar comienzo a pensar en cómo de brillante será el sol afuera, en lo mucho que podría estar aprovechando el tiempo en cualquier otro lugar. Como bien dijo Oscar Wilde:

Vivimos en una época que lee demasiado para ser sabia y que piensa demasiado para ser hermosa.

Me senté en uno de los pocos huecos libres del lugar. Era una mesa grande, repleta de gente a su alrededor. Abrí la tapa de mi ordenador, viejo compañero... y me dispuse a revisar documentos y más documentos. Al poco rato comencé a querer ponerme más cómoda.

"¿Si me quito los zapatos... se darán cuenta? ¿Me mirarán mal?"

Inspeccioné esos concentrados rostros estudiosos.

"Seguro que se piensan que he venido de campo y playa, o algo así... bueno, espero que no me vean".

De las casi diez personas que rodeaban la mesa, ninguna parecía alzar la mirada del libro. ¡Qué admirable capacidad de concentración!
Disimuladamente, sin hacer ruido, tiré de mis chanclas, ayudándome con mis propios pies, y me despojé de mis zapatos.

"El mal ya está hecho".

Sintiéndome más cómoda me puse a estudiar, aunque de vez en cuando, cuando alguien pasaba por mi lado, procuraba esconder un poco los pies para que nadie viese la algo embarazosa imagen de debajo de la mesa. Sin duda esa gente tan seria, tan estudiosa, tan aplicada... nunca haría algo tan vulgar como quitarse los zapatos enmedio de la biblioteca. Parecía gente mucho más madura que yo, más... no sé, más de todo.

El sol fue cambiando de posición, tiñendo las alas de las gaviotas de naranja claro. Mi fatiga comenzó a mermar mi ya de por sí escasa determinación, por lo que decidí irme a casa. Alargué el pie para alcanzar mi chancla.

Y no la encontré.

Comencé a palpar el suelo, buscando alguna de las dos. Nada.

Resignada, no me quedó más remedio que retirar la silla, agacharme... y buscarlas yo misma. Al retirar la silla y ponerme en pie, noté que todos los presentes de la mesa se sobresaltaron un poco. ¿Había hecho mucho ruido? ¿Les había asustado?

Sin decir nada, me agaché en busca de mi desaparecido calzado. Al mirar debajo de esa mesa de aplicados estudiantes, de rostros serios y concentrados... dibujé una sonrisa.

Nadie, absolutamente nadie en esa mesa... llevaba los zapatos puestos.

domingo, 24 de mayo de 2009

Hiatus

¡Hola!

Supongo que ya habréis notado que hace días que no escribo... empieza la recta final de la universidad y ando floja de inspiración, así que me temo que voy a tener que tomarme una pequeña pausa para refrescar ideas (*suspira de frustración*).

Y bueno, aprovecho para decir una cosita... He notado que la dirección de correo del apartado de "contacto" falla un poco, y hay veces que no recibo los e-mails... no sé si esto os habrá pasado, pues obviamente si me habéis enviado algo no lo he recibido, ejem ejem... pero agradecería a la gente que me ha enviado algun correo en los últimos dos meses (o incluso más, quién sabe) y que no haya recibido respuesta, que chequee su bandeja de salida y me reenvie el correo, por favor ;)

¡Un beso enorme! Y seguiré recolectando ideas para volver en breve...

jueves, 7 de mayo de 2009

¡Ups!

A todo aquel que se haya entretenido (o torturado) en aprender una lengua nueva y misteriosa, le habrán surgido necesariamente situaciones embarazosas.

Recuerdo a una ex-profesora de inglés de la secundaria. Nos contó abochornada que en sus últimas vacaciones a Londres había pronunciado mal la frase "I'm going to clean the sheet of the cradle" (Voy a limpiar la sábana de la cuna) y sonó como "I'm going to clean the shit of the cradle" (Voy a limpiar la mierda de la cuna), como si para ella retirar las necesidades de su propio bebé fuese algo totalmente engorroso y repugnante. Al parecer la mujer de la recepción del hotel quedó escandalizada al oírle decir eso.

Yo tampoco me libré. Tuve situaciones bastante llevaderas dentro de lo bochornoso, como por ejemplo un día en el parque de Yoyogi. Se nos acercó un gato a mi amiga y a mí. Quise darle algo de comer, y acabé hallando una cajita de galletitas en forma de koala que llevaba yo en el bolso. Rompí un trocito y le dije a mi amiga:

Kore, kuusou da ne...
これ、食うそうだね・・・
Quizás esto pueda comérselo...

A lo que mi amiga comenzó a reírse. Tardé poco en captar que lo había pronunciado como:

Kore, kuso da ne...
これ、クソだね・・・
Esto es una mierda...

Más tarde descubriría que el verbo "Kuu" para decir "comer" era además una forma muy basta y masculina de referirse a esa acción. ¡No acerté ni una!

Otra bastante bochornosa fue en el trabajo. Se nos estropearon las máquinas electrónicas de tomar las órdenes y estuvimos un par de días tomando las notas a mano. Yo lo pasaba mal porque tenía que escribir muy rápido y para que se me entendiese. Un día me pidieron un zumo de mango, que se escribe:

マンゴジュース
Mango juusu

Pero con las prisas escribí:

マンコジュース
Manko juusu

Fue tan simple como dejarse las comillas en el "Ko" para que pasase de ser "Mango" a "Manko". No me di cuenta, y cuando lo llevé a cocina comenzaron a reírse de lo lindo.

Manko juusu = Zumo de coño.

Pero el peor y más horrible fue un lapsus que me duró durante meses. En japonés formal suelen poner la letra "o" delante de muchos sustantivos que en lenguaje coloquial se escriben sin esta vocal. Por ejemplo...

お花 = Ohana (flor)
花 = Hana (flor)

Significan lo mismo, pero una es más formal que la otra. Pues bien, eso que me tomé yo la norma al pie de la letra... y los primeros meses le ponía "o" a todo lo que se movía.

Se estila mucho en Japón la moda del "eco bag", de llevar una bolsa de ropa para la compra para así entre todos reducir el uso de las bolsas de plástico. Obviamente, tenías que decir que no te diesen bolsa, por lo que la frase era:

"袋はいらないです" : Fukuro ha iranai desu.

Pero yo muy convencida le plantaba la o:

"オフクロはいらないです" : Ofukuro ha iranai desu.

Tardé la friolera de seis meses en descubrir (y de rebote) que a fukuro no se le ponía la "o" delante porque el significado cambiaba. Ofukuro significa "madre". ¡¡Llevaba todo ese tiempo diciendo en todas las tiendas: "No quiero a mi madre"!! ¡Mamá, lo siento!

Moraleja... está bien tener cuidado con las nuevas lenguas, pero... de vez en cuando es divertido recordar lo mucho que debieron reírse los autóctonos de nuestros deslices.

miércoles, 29 de abril de 2009

Maestro

Hoy os hago media-publicidad y todo.

Me he quedado perpleja al ver un aviso de correos que decía que había un paquete para mí.

"Será algo de Japón..." he sospechado, pero esa teoría ha quedado descartada al decir la nota (únicamente) que el envío venía desde Barcelona.

Al tenerlo al fin en mis manos... he sonreído al ver el remitente.

"¡Maestro!" he pensado. Ya os he hablado alguna vez de él... ese hombre que me dió el empujón definitivo que me lanzó a convertirme en lo que soy ahora, una de las personas que me ha enseñado más en la vida... Ese que me dijo "Yo sé que a Japón, más que ir a encontrar algo... has ido a encontrarte a ti misma". Os pondré aquí la cita de lo que comenté de él en este blog hace ya meses:


El día que le confesé sin previo aviso que tenía intención de venir aquí, esperaba, como de todo ser humano al que le había dicho eso, que me deseara suerte o me preguntara sobre mis intenciones, incluso que se sorprendiera y empezara a hacer preguntas de cualquier tipo.
Sin embargo se quedó callado unos segundos, se rascó la barbilla, y me miró diciendo:

Me parece bien, pero recuerda, no vayas como una turista, sino como una viajera.

El paquete era un libro, un libro suyo. Ha salido de su mente y, pese a tanto tiempo sin verle, se ha acordado de mí y me lo ha hecho llegar. ¡Tengo tantas cosas que contarle! No puedo esperar a volver a verle para decirle que hoy las letras son también mi vida.


El libro venía dedicado.

"Para las dos Marta Narváez (La inteligente y la otra, más importante). Con el afecto de este ex-profesor".

No me quedan palabras... ¿Tenéis vosotros un gran maestro? ¿Una de esas personas sin cuya aparición en vuestras vidas no habríais llegado a ser lo que sois?

domingo, 26 de abril de 2009

Juliet y su teoría del sueño cumplido

El día que conocí a Juliet prometía ser uno de esos tan normales, tan monótonos que rozan lo indignante. Estaba yo trabajando en mi pequeño restaurante en Shibuya...

- ¿Dónde va esto? - tomo los platos y pregunto al cocinero, Hasebe Jun. Un gran hombre metido en un cuerpo alarmantemente pequeño.
- A la cincuenta y dos... el grupo de mujeres de las risotadas- responde.

"El grupo de mujeres de las risotadas". Bueno, sí era cierto que había allí un grupo de cinco o seis mujeres de mediana edad que parecían estar pasándolo en grande...

- Sopa de calabaza...- murmuro sin esperanza alguna de ser escuchada.
- Oh, sí, espera... no sé. ¿De quién es esto?- dice una sin mirarme. De repente se tornó para contemplar el plato que yo cargaba entre manos, supuse que con la esperanza de que al observarlo recordase de repente quién lo había pedido.
Pero, tras mirar al plato, su mirada se desvió a mi rostro.
- ¡Ahi va! ¿Una gaijin-san?
Solté mi risa incómoda.
- Ehh... sí, bueno... - El plato quemaba, quería soltarlo ya.
- ¡Vaya, qué graciosa! Yo me llamo Ayako, pero todos me llaman Juliet...

Comenzó a contarme que nació en Okinawa, pero que trabajaba en Tokio para una agencia de publicidad. Me habló de sus hijos, de su familia, de sus viajes... hasta que la sopa en mis manos se enfrió. Parecía una mujer cargada de energía, con ganas de conocer a todo el mundo que se le pusiera por delante.

- Me has caído bien, Nana - me dijo finalmente tras nuestra larga conversación.- Eres la primera gaijin que conozco personalmente en Tokio, y eso me hace mucha ilusión. Vendré otro día a comer aquí y a ver si te dejan sentarte a hablar conmigo.

Sinceramente, nunca esperé que lo hiciese de verdad. Tokio es mundialmente conocida por ser la ciudad de la promesa incumplida, la ciudad del "ya quedaremos" o del "volveré" que nunca se da en la realidad.

Pero volvió. Volvió Juliet unos días más tarde, y mi adorado encargado me dejó sentarme junto a ella un rato.

Tras unos minutos de conversación, salió el tema de los sueños de futuro. Ella parecía ser una persona de las que ha visto mundo, pues a cada tema le añadía un color distinto, un foco desde el que yo nunca antes había visto las cosas.

- ¿Qué quieres hacer?- preguntó.
- Pues... voy para traductora, pero me apasiona escribir.
Removió el té con la cuchara.
- ¿Te gusta escribir?
- Mucho.
- ¿Y sabe el mundo que te gusta escribir?

Me chocó un poco la pregunta. No era la clase de desarrollo que la gente solía hacer del tema cuando lo comentaba.

- Bueno... tengo un blog, y de vez en cuando escribo algo.
Se puso un poco más seria.
- ¿Gritas al mundo y a los cuatro vientos que quieres escribir? ¿Dices a todo aquel que conoces que ese es tu sueño? ¿Admites sin reparo alguno que es ese tu objetivo?
Me costó un poco responder.
- No... bueno, no sé. Lo digo, pero pongamos que no lo grito...
- Pues grítalo- asintió con la cabeza. - Verás...- sacó un boli y un papel de su enorme bolso y los posó sobre la mesa. Dibujó esto:


- ¿Qué significa este kanji? - me preguntó.
- Boca- respondo intrigada.
Dibujó este otro a continuación:

- ¿Y éste?
- Diez... - no entendía nada.
- Bien, pues ahora dime qué significa este otro:

Parpadeé con sorpresa antes de responder. Comenzaba a entenderlo.
- Kanau... cumplirse un sueño.
- ¡Ajá! Diez y boca... cumplirse. Si lo dices diez veces, el sueño se cumplirá.

Sonreí con satisfacción al notar el mensaje que me acababa de enviar, el regalo de por vida que acababa de hacerme.

- Grita a los cuatro vientos los sueños de tu vida. Sólo así la gente sabrá de ellos, y sólo así podrán cumplirse- sentenció, y su sonrisa, junto a la nota que dejó sobre la mesa... son dos cosas que jamás olvidaré.

sábado, 25 de abril de 2009

Sant Jordi

Existe en mi tierra una tradición milenaria, fruto de una antigua leyenda... cuya conmemoración se celebra cada 23 de Abril.

En ese día, los hombres regalan a sus amadas una rosa roja, y las mujeres obsequian a sus hombres con un libro. Con los años esta tradición ha terminado extendiéndose a los padres e hijos, amigos y hermanos... hasta el punto en que una chica puede acabar recibiendo una rosa de cualquier persona cercana a ella, al igual que ocurre a los chicos con los libros.

La rosa es un símbolo de aprecio, una demostración de amor, amistad y cariño, un obsequio bello a la par de efímero. Ese 23 de Abril, Cataluña entera se cubre de rosas.

Hacía ya dos años que no vivía este día. El último 23 de Abril lo pasé en el Sol Naciente, y para mí, en esas tierras, no fue más que una jornada de trabajo cualquiera.
Ayer, día de Sant Jordi, volví a casa tras quedar con mis amigos... y me encontré cuatro rosas en un jarrón del comedor.

- ¿Estas son las que ha comprado papá?- pregunté.
- Sí. Una para cada una de sus hijas, y la mía- respondió mi madre.

Cuatro rosas. Qué curioso, mis dos hermanas ya no viven en casa desde hace tiempo... ¿Por qué compraba mi padre cuatro rosas, si mis hermanas ni siquiera las verían?
Y entonces,noté en mí la siempre presente chispa de la curiosidad.

- Mamá... ¿Cuando yo estaba en Tokio, papá me compró una rosa de todas maneras?
- Claro que lo hizo. Ya conoces a tu padre...

Me quedé pensando con la mirada perdida entre las cuatro flores. Mi padre, ya un año atrás, me regaló una rosa roja, un símbolo de amor y cariño... que sabía que yo nunca iba a recibir. Compró una rosa por mí, me hizo ese regalo... sin esperar que yo nunca lo llegase a saber.

Qué extraño, y a la vez qué hermoso... pensar en esa rosa de hace ya un año con mi nombre grabado en el espíritu, que se marchitó sin haber llegado nunca a estar en mis manos. Qué extraño, y a la vez qué hermoso... pensar que mi padre me hizo ese obsequio en silencio, ese pequeño gritito de amor sin esperanza de ser nunca oído.

Me llega ahora. Me llega ahora, el mensaje de esa rosa... y con más, mucha más fuerza.

No existe tesoro más abrumador que el amor de verdad, el que no siempre se muestra, el que existe a la luz... pero también en la sombra.

viernes, 17 de abril de 2009

El hada en la burbuja de cristal

Dediqué mi vida a recorrer el planeta entero en busca del conocimiento absoluto. Mis pesquisas me llevaron a los cuatro rincones del globo, a mar y montaña, al cielo y al infierno. Hallé magia en estado puro y pesadillas en la realidad. De eso salió un libro de fotografías y unos cuentos anecdóticos, entretenidos a la par de superficiales, que me solucionaron económicamente la vida hasta el fin de mis días.

Reconozco que no vi más allá que lo que estuvo frente a mis ojos. Para mí, la vida fue poco más que un conjunto de retratos, la visión desde la distancia de un mundo que me rodeaba, pero que no se movía en sintonía conmigo mismo.

Uno de los momentos más extraños en mi vida fue el momento, en uno de mis viajes, en que encontré a una pequeña hada. Centelleaba como las estrellas, era pequeña y veloz. Ignorante de mí, lejos de intentar comprender su existencia, busqué atraparla y encerrarla en una burbuja de cristal para poder observarla hasta el fin de mis días. Furiosa, el hada me maldijo: Me dijo que el día en que ella murise, yo moriría minutos después.

Recuerdo el momento en que ese fulgor de su piel comenzó a apagarse. Apoyándose moribunda en el cristal de su burbuja, me miró con rencor y me dijo:

- Qué triste tu existencia, que morirás junto a mí, el fruto de tu superficial curiosidad...

Mi ignorante persona no pudo responder más que:

- Yo he estado en los cinco continentes y en los siete mares, he visto todos los paisajes de este globo y he vivido largos años. ¿Qué vas a decirme, insignificante de ti, que has vivido encerrada en una burbuja?

Sonrió antes de morir:

- Crees saber del infinito universo porque has visto un mundo. Yo, en mi burbuja, he tenido tiempo de aprenderlo todo de mí misma. Envídiame, humano, porque tu conocimiento es ínfimo y el mío incalculable.

No comprendí sus palabras hasta que no dejé de respirar junto a ella. No comprendí sus palabras hasta que, en mi último aliento, me paré a preguntarme quién era yo.

Muerto

Es curioso el morir. Te crees que vas a ir a una dimensión distinta, que vivirás en el paraíso, que volverás a nacer, que... que todo. Te crees que morir es la hostia, vamos.

Pero ves que cuando mueres no te tienes ni a ti mismo. Cesas de existir, no está ya tu cuerpo y tu mente se dispersa por momentos, se vuelve una con el universo. Recuerdo ese momento. El momento de unirme con el planeta, el momento de pasar a ser parte del viento. No pensaba, no me preocupaba, no sonreía. Simplemente, ya no estaba.

Antes de desaparecer por completo, recuerdo haber hablado conmigo mismo. Me resistía a desaparecer, me batía contra la ley universal de todas las cosas. Una parte en mí me decía que entrara, que me dejase llevar... pero mi maldito ego, mi parte todavía consciente se preguntaba esos miles de millones de cosas que te trae el morir, los innumerables "¿Y si?"

"¿Qué va a pasar con mi familia? ¡No puedo dejarles solos!"
"¿Y esa novela que dejé sin terminar? ¡Alguien tiene que acabarla!"
"¿Y mis amigos? ¿Y mi perro? Lo dejé en el patio encerrado... ¿Se encargará alguien de él?"

Entonces el universo me habló, justo antes de engullirme.

"Ya nada importa".

Ya nada importa. ¡Qué verdad! Si cuando tu propia existencia se esfuma no piensas más que en tu perro y en tu familia, en todo lo que dejaste atrás... qué gran paso la muerte, que sintonía, qué desconexión... ¡Qué catarsis absoluta! Hasta el punto de darse cuenta uno de lo nimia e insignificante que resulta su propia existencia.



P.D: Perdón por la paranoya absoluta...U

martes, 14 de abril de 2009

Cuentos de un tren abarrotado

23 de Marzo.

Querido diario:

Hoy en el tren he pasado un poco de vergüenza. Me he dejado el paraguas, me he mojado con la lluvia… y bueno, el pelo se me ha encrespado, se me ha empapado la ropa… y he ido por la calle hecha un desastre. Ya no es que sea muy agraciada de por sí, e ir así por el mundo me ha hecho sentir muy miserable. Si mi ex novio me viese, seguramente se reiría y me diría que qué hago saliendo a la calle con estas pintas, que me pusiese una bolsa de papel en la cabeza… o algo así.

Quería ir a ver a mi abuela a su casa, pero al terminar la universidad me he vuelto directamente para casa. No sé, me sentía mal, me daban ganas de esconderme… de que no me viese nadie.
Cuando he entrado en el tren me he sentido más segura. La gente me ignoraba, como de costumbre, y yo he agachado la cabeza para ver si así lograba hacerme un poquito más invisible.
Pero he notado que alguien me observaba. Me he retirado el pelo hacia un lado para mirarle de reojo, y he visto que era un chico joven. ¡Qué vergüenza! Seguro que pensaba que estaba hecha un desastre, seguro que me miraba porque le daba lástima o algo así.

No dejaba de mirarme. Todo el rato, todo el rato. ¡No sabía dónde esconderme! Si por lo menos fuese yo un poco guapa, si por lo menos pudiese atreverme a sonreírle… pero tengo una sonrisa horrible, seguro que le hubiese asustado si lo hubiese hecho.

He intentado mirarle mejor sin que se diese cuenta. Era bastante guapo. Seguramente tendría una novia preciosa, lista y simpática que le tratase bien… y quizá me miraba y pensaba en lo mucho mejor que es su chica. Quizá pensaba algo así como “Menos mal que mi novia no es así…”.

Ojalá fuese yo un poco mejor. Cuando me ha tocado bajar del tren, he pensado que me gustaría llegar a ser algún día lo suficientemente buena como para merecer a alguien como él.
Pero es imposible… yo nunca llegaré a nada.


Diario. 23/03/09:

Entro al tren que me lleva a casa. Estoy hecho polvo, me duelen los pies y tengo la espalda cargada.

“Por favor, por favor… que haya un sitio libre”.

Pese a hallarse el vagón abarrotado encuentro un asiento vacío, mirándome. Me esperaba, me aguardaba a mí.
Me dejo caer sobre él y oigo a mis pobres pies suspirar de alivio. ¡Diez horas trabajando! Ya había oído que trabajar en época de exámenes agota más que de costumbre, pero… ¡Diez horas! Eso no agota, eso asesina.
Miro a mi alrededor con el descaro habitual. Sé que a mis compañeros de trayecto a menudo les incomoda que me los quede observando, pero tengo esa mala costumbre y no puedo ni me interesa remediarlo.
Y entonces miro a mi derecha. Esperaba hallar a uno de esos trabajadores explotados como yo, a una ama de casa con sus bolsas de la compra, a un niño sentado de rodillas y empotrando la frente contra la ventanilla… pero no.
Encuentro una chica. A una chica muy mona.
A decir verdad, era más que mona. Era preciosa.
Intento que no se dé cuenta de que la observo. Primero miro hacia otro lado, luego intento contemplarla desde el reflejo de la ventana, pero la masa de gente me lo impide.
Opto por mirarla de reojo y rezar por que no se dé cuenta.

Tiene cara de cansada. ¿Vendrá de trabajar? Lleva el pelo mojado por la lluvia, cubriéndole parte del rostro. Agacha la cabeza con timidez, como si quisiera desaparecer en cualquier momento. ¿Se sentirá incómoda al saber que todo el mundo la admira? ¿Será consciente de que no puedo dejar de mirarla?
Se retira el pelo detrás de la oreja. ¡Qué hermosa! Tiene los ojos verdes. El frescor de la lluvia ha marcado de rosa sus mejillas. Veo que me mira de reojo y aparta la vista. Mierda, se habrá dado cuenta de que la observo. Quizá le molesta, quizá está harta de tíos como yo que se quedan embobados al verla. Me pregunto si está incómoda…

Me gustaría tener a una chica como ella. ¡Sencilla, bonita, fresca como la brisa! Ojalá me dejase entrar en su vida.
El tren se detiene y ella se levanta.

“¡No te vayas!” he pensado, pero no me he atrevido a decirlo en voz alta.

Antes de perderla de vista para siempre, me hubiese gustado decirle que, para mí, ella brillaba más que cualquier otra persona en el mundo.
Pero bueno, siendo tan bonita como era… muy posiblemente ya lo sabe.

miércoles, 8 de abril de 2009

Reaccionando

No tengo palabras para agradecer el inmenso apoyo que he recibido de todos vosotros estos días. Los que me comentasteis en el post anterior, los que me habéis escrito correos electrónicos, los amigos que me han dedicado su tiempo y la familia que me ha dado su apoyo.

Han sido unos días complicados. Me levantaba algunas mañanas y pensaba "¡Al cuerno con la carrera!" y otros días en que me decía "Continúa y no te rindas". Supongo que al leer estas dos frases, si tenéis en cuenta mi forma de ser... os podréis hacer una idea de qué decisión he tomado.

Voy a continuar. Soy consciente de que no necesito ese título universitario, y estoy perfectamente de acuerdo con las opiniones que me habéis dado. "Si no te gusta, no sigas". Bien, eso es cierto... pero no es que no me guste el objetivo de la carrera, sino que no me gusta la forma en la que me enseñan. "Me gusta el qué dice, pero no el cómo lo dice", por poner otro ejemplo. Si algún día vuelvo a desanimarme, pensaré que esto no es más que una etapa, un paso necesario para llegar a la meta final, el tramo cuesta arriba de la maratón.

Me quedo porque veo en la universidad un abanico de posibilidades de pasar temporadas en el extranjero de forma rápida y barata (véase Arizona) y aprender de los intercambios y las experiencias que pueda brindarme este período.

Me quedo porque, pensándolo fríamente, debo reconocer que he aprendido muchísimo en este poco tiempo. No todo es agradable, no todo lo hago a gusto... ¿Pero acaso hay algún trabajo o carrera en la vida que sea cien por cien placentero?

Pese a todo, no dejaré de ser yo misma. Si mi profesora de castellano está dispuesta a ponerme notas mediocres porque "escribo raro", dejaré que me las ponga. Seguiré escribiendo raro hasta el día en que me muera, le guste o no le guste. Mis traducciones serán mías y mi forma de escribir también. Puede que me cueste horrores sacar buenas notas por ello, o puede que acabe hallando alguna aceptación entre los profesores. ¡Quién sabe!

Pero me quedo porque quiero volver a Tokio. Quisiera hacer el máster allí, y bien es sabido que para hacer un máster se necesita una carrera. Aguantaré este tiempo, no me dejaré vencer... y si veo que en segundo año se me presenta la posibilidad de cambiar de especialidad con el segundo ciclo... que así sea.

Respecto al japonés... yo lo aprendí en la calle, y es en la calle donde quiero seguir aprendiéndolo. Si voy ahora a clase es para mantenerlo vivo en mi memoria, hasta el día en que pueda volver a pisar el Sol Naciente. Pese a que pueda sonar altivo, no creo que en el nivel inicial de japonés que enseñan en la universidad pueda enseñarme algo nuevo. Empiezan desde el "Konnichiwa", y conozco a gente graduada desde hace años en la facultad de traducción y especializados en lengua japonesa que actualmente van conmigo a clase. "Si quieres ir a la Universidad Autónoma, no vayas para hacer japonés, ves porque te da la gana y punto". Esas fueron las sabias palabras de uno de ellos.

Resumiendo... la universidad será para mí un salvoconducto, una etapa necesaria para llegar a algo más grande y más satisfactorio. Si puedo atenuar el espinoso período con intercambios y Erasmus a "porrillo"... que así sea, y mi inglés lo agradecerá.

Me han puesto de rodillas, pero me levanto. ¡No podrán conmigo ni con mis letras! Y no dejaré de ser yo misma por mucho que les desagrade.

Sólo escalando el frío y escarpado Everest se puede estar más cerca del cielo.

jueves, 2 de abril de 2009

Fuera de lugar

Hoy voy a haceros una confesión.


Comencé estudiando la carrera que hago ahora (Traducción e Interpretación) porque me gustó el objetivo que perseguía (o que creí que perseguía) esa titulación. ¡Poder ser traductora! Poder traducir libros del japonés y ser capaz de hacéroslos llegar a todos vosotros me parecía más que maravilloso.

Pero actualmente me encuentro perdida. No es sólo el hecho de estar perdida en sí, es también el hecho de que nunca me había sentido así, siempre había visto las cosas claras, pero ahora mi mundo se tambalea.

Lo que parecía ser un lugar en el que me iban a enseñar a comprender, a aprender a descifrar y a adaptar la realidad con palabras escritas ha resultado ser una mina de desengaños, una carrera fría y mecánica que sólo me ha traído hasta hoy dolores de cabeza. Ni siquiera me enseñan japonés, sino que me inculcan el francés, lengua que siempre he detestado, y me obligan a escribir en catalán, lengua con la que jamás he logrado identificarme.

Hasta ahora mi vida había sido un cúmulo de éxitos, una perfecta sucesión de hechos que me han llevado... ¿A esto? ¿A una universidad quirúrgica, fría, catalanista hasta el extremo y creadora de pseudotraductores clónicos?

Desde hace unos meses, no hay día en que me levante para ir a la facultad y no piense: No, así no.

Estoy fuera de lugar. Recuerdo ese Día (¡El mítico día en que empezó la decadencia!) en que mi profesora de castellano sostenía una de mis redacciones en la mano. Hacía muecas con la cara y ladeaba la cabeza:

"Es que... Marta... no sé.. escribes... escribes raro".


Escribo raro. ¡Profesora, ese es mi mayor orgullo! Y que a una catedrática le parezca raro es casi una satisfacción. No busco parecer más inteligente que nadie en mis escritos, no escribo para intelectuales ni para personas como usted, sino que escribo por el pueblo y para el pueblo. ¡Esa es mi rareza, viva con ella! No vivo por los libros, sino con los libros. Mi meta no es la sabiduría absoluta, ni la cátedra ni el honoris causa:

Mi meta es llegar al corazón de las personas. Dígame, profesora... ¿Tiene usted corazón?

He suspendido castellano. Buscan convertirme en alguien distinto, en lo que ellos quieren que sea, y yo, ya... ya casi no sé quién soy.

Os pido auxilio, lectores míos... Pido auxilio al mundo por primera vez en mi existencia. ¿Qué, qué se supone que debo hacer ahora?

miércoles, 1 de abril de 2009

Gracias

Hoy no tenía pensado escribir nada hasta la noche, pues tengo un poco de prisa... pero he visto algo tan sumamente conmovedor que me ha literalmente obligado a ponerme a escribir.

En su momento pensaba escribir sobre el hecho de que ya hemos alcanzado las 77.777 visitas. ¡Muchas gracias por todo este tiempo!
Kamugo me ha enviado una captura de pantalla del momento (aunque en el e-mail no me ha quedado muy claro si la ha tomado él o no... jajaja). Muchas gracias ;)


Desde luego, cuando abrí este blog pensando en un simple espacio en el que colgar mis cuatro experiencias en Japón, nunca pensé que llegaría a convertirse en un webblog con lectores fieles como todos vosotros, que me siguen pese a haber vuelto ya a mi país. ¡Aunque ya digo por adelantado que pienso volver al Sol Naciente! Todavía queda un tiempo, pero seguro que mi próxima marcha será más larga que la anterior.


Y bueno, pasemos a lo que venía a decir... (ya adopto el estilo japonés, de decir lo más importante al final...) ¡Javi, Javi...! Un lector de este blog me ha hecho un regalo sumamente conmovedor, totalmente abrumador. ¡No ha hecho nada menos que dibujar un cómic basado en la historia de este post! Que en su momento ese escrito tuvo mucho éxito no es ningún secreto (fue y sigue siendo el post con récord de comentarios), pero jamás esperé que alguien llegase a hacer algo tan sumamente hermoso. Juzgad por vosotros mismos:


¡Que lo disfrutéis tanto como lo he disfrutado yo! Y Javi, dime si tienes una web o un blog al que pueda enlazar tu nombre, pues si lo tienes... ¡Creo todo el mundo debería conocerlo! Muchas gracias de nuevo.


Y muchas gracias a todos los que me escribís correos, ya sean reviews, comentarios, peticiones, preguntas... a veces tardo en responder (¡Sí, soy consciente de ello!) pero cada vez que veo que alguien me ha escrito me da un vuelquecito el corazón. No tengo millones de lectores, tengo 77.777, pero son los mejores 77.777 del mundo.

sábado, 28 de marzo de 2009

Un trozo de tierra

Hoy me he estado planteando el origen de una de esas cosas que todos damos por supuestas y normales en nuestra vida: Nuestra casa.

Todos hemos pagado (o pagaremos) una millonada por tener un lugar en el que dormir. Es algo tan habitual que lo damos por supuesto, por algo natural, comprensible e incluso necesario.

Pero, eh... ¿Os habéis planteado alguna vez lo absurda que es esta idea? Pagar por un trozo de tierra en un planeta que es de todos, y a la vez de nadie. Sí, quizás si alguien te construye la casa en un trozo de terreno, podríamos pagarle lo que le ha costado construirla más la mano de obra, como quien paga al sastre por coserle un vestido. Pero... ¿la tierra? ¿De quién es esa tierra?

Y diréis... "el que construye la casa también ha pagado el terreno". ¿A quién? ¿De quién era ese terreno? ¿Y antes que de esa persona? ¿Y antes? ¿Cuándo comenzó el ciclo de "este pedazo de tierra es mío"?

Y entramos en eso de que un puñado de tierra en la ciudad vale más que en el campo, pero también entramos en eso de los bloques de cincuenta pisos, en los que no pagas ni siquiera por un terreno, sino por un cubículo.

¿Quién puso precio a la tierra que pisamos? ¿Quién decide cuánto vale un metro cuadrado de suelo? ¿Si construyo yo castillos en el aire, podré cobrar por respirar?

¿Si pagamos por la tierra que pisamos, por qué no por el agua y por el viento? ¿Pagaremos por los árboles? ¿Pagaremos por yacer muertos? Oh, no, espera... que eso ya lo hacemos.

Si tuviese mucho, mucho dinero, construiría una ciudad en medio de lo que llamamos "nada", donde la tierra no tuviese "valor", y cobraría no más que el precio de los ladrillos. En la entrada a la ciudad, en un arco enorme, estaría grabado en piedra: "Bienvenido a la ciudad donde la tierra es de todos".

Porque lo es, creedme. Nadie tuvo derecho a decir a quién pertenecía nuestro planeta. La culpa es nuestra por creernos que es así, por ser partícipes de esta gran farsa, de la venta del engaño, del círculo vicioso.

lunes, 23 de marzo de 2009

Sobre la Soledad

Los que no me conocen, normalmente hablan mal de mí.

Los que me conocen un poco, suelen decir que soy una persona sociable y extrovertida.

Y los que me conocen bien, saben que soy una persona cerrada, retorcida, algo maquiavélica y perturbadoramente amadora de la soledad absoluta.

Porque lo soy. Suelo confundir a los recién conocidos, me hablan de su desconcierto con mis no dos, sino cien caras. Posiblemente mi faceta sociable sea algo así como una armadura, una forma de parecer natural en un ambiente en el que estoy si no a disgusto, tampoco como en casa.

"¿Ya tienes novio?" me pregunta mi tía cada vez que me ve, me pellizca el moflete y me deja una marca de pintalabios en la piel.
"No, tita. Estoy muy bien sola".

Lo que ella no sabe es que hay más verdad en esa frase que en cualquier otra afirmación que pudiera hacer yo en mi vida. Diría que puedo afirmar eso con más seguridad que un "estoy viva"; podría gritar esa frase con más fuerza que un "todos moriremos algún día".

Tras haber sido obligada (literalmente) a leerle, me sorprende hallar en mí coincidencias con algunos puntos de vista de Enrique Vila-Matas, que en su Exploradores del abismo me dijo:

"Esconderse era el destino de todos esos amantes de la gloria solitaria, todos esos artistas que acabaron necesitando el aislamiento radical porque sabían que eso les aproximaba más al absurdo general de la existencia y a la soledad que tarde o temprano habría de llegarles a la hora de la muerte".

Puedo decir, con la misma seguridad que la frase que os he dicho un poco antes, que todo ser humano en cuyo interior exista un mínimo de capacidad de creación, ansia de conocimiento y de gusto por la introspección amará la soledad más que otra cosa en el mundo. Dicho así, lo sé, suena oscuro y casi malvado, pero posiblemente esa connotación negativa que la soledad ha adoptado no sea más que el fruto de un miedo inducido por la sociedad: Cuando los genios se encierran, nacen grandes creaciones.

Lamentablemente no nací genio, aunque tampoco del todo ignorante. Adoro estar sola tanto como adoro estar con los que más quiero. La soledad es necesaria para conocerse a uno mismo y para conocer al mundo. ¿Cómo vamos a mirar al exterior si no somos capaces de estar a solas con nosotros mismos? Bien cierto es que las personas más banales, superficiales, planas, insustanciales y comunes que he conocido en la vida siempre han respondido así a esta pregunta:

"¿A qué temes más en el mundo?"
"A la soledad".

¡Pobres inocentes! Decir que se teme a la soledad es como decir que se teme uno a sí mismo, a los pensamientos que surjan de su mente en esas horas de introspección que pueden (¡Dios no lo quiera para ellos!) hacerles crecer como personas.

Mis lectores, todos moriremos solos. Esa es una realidad que no puede ser negada de ninguna forma. ¿Si cuando ese momento llegue vamos a estar solos sin remedio para toda la eternidad, por qué no comenzar por conocernos a nosotros mismos? Dedicad un tiempo para vuestro propio ser cada día, y hallaréis más placer en la compañía, y menos temor en la soledad.

Faltan cuatro días para mi clausura de Semana Santa. Necesito estar sola. Mi yo me necesita; dice que con tanto examen me echa de menos.




NOTA: Hay un post nuevo publicado en fecha 6/03/09 (dos post atrás). Comencé el borrador en esa fecha y se ha publicado en ese apartado.

lunes, 9 de marzo de 2009

Imagen de paso

Hoy he caminado junto a una obra.

Los obreros cubrían de cemento las barras de acero a la intemperie. Mientras eran sepultadas, yo las oía gritar de horror;

decían que no querían dejar de ver el sol.





Absorción universitaria (de nuevo). Ya veo letras hasta en el cemento... necesito unas vacaciones XD

Próximo post para Sidel. Ella sabe por qué :)

viernes, 6 de marzo de 2009

¡Gracias, Sidel!

¡Sidel me ha dado un premio, sí, sí!

Se trata de un galardón que se entrega de blogger a blogger. Cada uno lo otorga a los diez blogs que más le gusten. Me parece una idea fabulosa para hablar un poquito de los visitantes de este blog. ¡Allá voy!

nota: El orden es aleatorio =) ¡No hay preferencias!

1- Sidel por sí misma:

Un simpático blog cargado de experiencias. Nos cuenta sus anécdotas desde el fondo de su corazón, con un tono cariñoso y un color cálido.

2- Kamugo y su Okashini:

Con tu blog siempre se aprende algo nuevo. ¡Cada vez que entro me releo las entradas! Empezaste siendo un lector asiduo de este blog, y has terminado convirtiéndote en un compañero imprescindible. ¡Gracias por todo este tiempo!

3- El blog de Heru

Personalmente... conmovedor.

4- El blog de Ithil

Un blog que desborda optimismo y energía. Siempre sonrío al leerte, Ithil.

5- Plumas de colores

Just Darío ;)

6- De vuelta y vuelta

Nicté Kono, siempre con algo nuevo que enseñarnos del País del Sol Naciente.

7- Silvia's

Nunca olvidaré ese primer post =)

8- Naoko's mind

Una compañera de vocación. ¡Pasen y vean!

9- Lerkel

In-te-re-san-tí-si-mo. Interesante profesión, interesante opinión... interesante blog.

10- Never Land

Ilwën y su blog profundo y cargado de sentimiento. Mi inolvidable compañera de viaje, con la que puse los pies en el Sol Naciente por primera vez.


¡Me dejo tantos por comentar! creo que me tocará dedicar otro post algún día para comentar más y más vuestros blogs. ¡Seguid escribiendo, por favor!



*Nota: Gracias de nuevo, Sidel, por comentarme además en ese nuevo galardón tuyo ;) muchas felicidades.