domingo, 28 de diciembre de 2008

Titulitis

Hoy no he descubierto nada nuevo. Sólo podríamos decir... que he corroborado algo que ya sabía: Que el mundo se rige por la titulitis, por la fama... y que al público no le importa tragarse bodrios como casas solamente porque el título de semejante cagada tiene renombre. ¿Qué es el renombre? ¿De dónde lo saca la gente? ¿Lo regalan en las ferias?


Todo esto comenzó el día de San Esteban en casa de mis tíos, celebrando la noche en familia. Sí, san Esteban, ese día que sucede a aquellas fiestas tan espantosas llamadas Navidad. Ese día.

Salió el tema del arte moderno. Recuerdo haber dicho por este blog que yo hice el bachillerato artístico para descubrir que no encajaba en el cánon de artista del mundo actual, porque detestaba todas esas atrocidades del arte moderno. Sí, y aquí diré - uuh, un comentario perverso; qué controvertida- que detesto a Tàpies, a sus cuadros hechos con arena, a sus pegotes de pintura y a sus calcetines. Pensad que si un cualquiera hiciese lo mismo... le pondrían verde. Y entonces también salió en la conversación, como en cualquier buen debate (sí, el de la cena de San Esteban)la voz defensora: "Pero ten en cuenta que hay que situar a esos artistas en la época en que comenzaron a hacer esas cosas".



Entonces pensé... " ¿y quién decidió que eso era arte?". Sí, podéis llamarme clásica, anticuada, y mil cosas más, pero soy de las que creen que el arte existe para transmitir sensaciones en forma de belleza. Creo que el arte debe ser un regalo para los sentidos de las personas.

Pues la corroboración de ese pensamiento ha llegado hoy a mi vida en forma de audiovisual: The Spirit. Lo primero que se ha oído en la sala al encenderse las luces ha sido "Dios mío, qué mala". ¿Mala? ¡No, es peor! Es sencillamente monstruosa. La peor película de mi vida, que arrebata el trono de las más detestables a mi ya clásica odiada "28 días después".

Y entro en la titulitis. ¿Por qué la gente va a ver esa película? Yo he ido porque era la elección de mis amigos, pero... la gente va porque el director es Frank Miller. Vale, y qué. Miller acaba de demostrarnos que sabe hacer truños como transatlánticos, igual que cualquier otra persona del mundo; mientras los cientos de miles de estudiantes de dirección cinematográfica se arañan, se arrastran por el barro y se amontonan sobre los cadáveres apilados para lograr que les pasen un corto que han hecho vendiendo sus playstations en el cash converters. Y lo mejor, es que tienen ideas mucho mejores y más frescas que Frank Miller.



Y con esto... digo miles mas. ¿Qué tiene Bimba Bosé? El apellido. ¿Y Paris Hilton? El apellido... un vídeo porno, y un morro vergonzoso. ¿Y Mónica Cruz? ¿Y Lizzy Jagger? ¿Y Nicole Richie? Igual que la humanidad está haciéndose a la idea de que el mundo de los actores de Hollywood no se regirá en un futuro por lo bueno que sea uno, sino por si eres o no descendiente de un gran actor; en pocas palabras... por si vas a vender o no. Y compramos. Y lo peor de todo... es que compramos.



P.D: En mis próximos posts me voy a dedicar a responder comentarios. Sí, creo que voy a hacerlo XD Dejaré esto unos días y me pondré a ello. Decís cosas demasiado interesantes, a veces =P

domingo, 14 de diciembre de 2008

De modas y muertos

¡Hola! Por fin he terminado los exámenes y vuelvo al planeta tierra. ¿Qué tal todo en mi ausencia?

Hoy os voy a hablar de modas y muertos.

No sé cuantos millones de veces habré mencionado en esta bitácora mi eterna aversión por el frío. Podría decirse que es posible que este odio tenga fundamento, aunque yo tampoco estoy muy segura de la veracidad de tal teoría.
El caso es que, la conclusión que he sacado a lo largo de estos años a base de cientos de conversaciones con cientos de personas diferentes, es que odio el frío porque mi piel está fría siempre, por naturaleza.
Cualquier persona que me haya tocado lo sabrá. La frase "niña, pareces un muerto" está a la orden del día en mi vida. Quizá busco el calor desesperadamente porque palia un poco, sólo un poquito, esa gelidez que siempre me acompaña. Aunque no creáis que es la solución, no. Puedo estar a cuarenta grados en mi ciudad y seguir pareciendo un trozo de carne recién salido de la nevera.
El caso es que últimamente, cuando sale el tema de mi cadavérica cualidad, sale también, casi automáticamente, la frase:
"Bueno, piensa que eso ahora está de moda. Es sexy".
¿Qué? Nunca pensé que mi falta de calor corporal sirviese para algo más que para refrescar las nucas de mis acompañantes en verano con tan sólo posar mis manos sobre ellas. Ahora resulta que eso, además, es sexy.

Será esa cosa de los vampiros. ¡Porque el mundo es así! Se ponen de moda los vampiros, y de repente ser blanco como el papel, estar helado, o tener ojeras... es lo que "mola". En pocas palabras, cuanto mayor sea tu similitud con un difunto, mejor. ¡Es lo que se lleva!
Me pregunto qué sucedería si se pusieran de moda los zombis. Habría que verlo.

Pero el caso es que la vida es así, señores. Ahora no se habla de otra cosa; las librerías y las carteleras plagadas de vampiros; las series de televisión copiándose unas de otras, y todas con nombres lúgubres o propios del más oscuro romanticismo. Y la gente lo sigue, como la oveja al pastor. No les culpo por ello, no me malinterpretéis, creo que todo el mundo tiene derecho a disfrutar de lo que le apetezca.

Pero me resulta gracioso; cómo pueden cambiar la opinión o los gustos de alguien de la noche al día según las influencias y tendencias del momento. Y lo peor será que no sólo veremos a miles de chicas fantasear con pálidos seres chupasangre, sino que muchos chicos procurarán llegar a parecerse a tal modelo lo máximo posible.

Porque así es la vida. Comenzaron con fantasías épicas, luego con piratas, ahora con vampiros... y nadie sabe con qué seguirá el círculo. Mientras tanto... disfrutad todo lo que podáis de lo que os apetezca. Qué diablos.



lunes, 1 de diciembre de 2008

Mi nuevo viajecito

Señores, os informo de mis próximos planes =)

Resulta que no voy a permanecer en Barcelona, y menos en España, por mucho tiempo. Y no, no vuelvo a Tokio, eso tendrá que esperar...

Pero me marcho a hacer las américas.

Tengo que realizar un intercambio obligatorio en la universidad durante la segunda mitad del año que viene. En un principio parecía que iba a tocarme ir a Canadá, pero esa opción ha quedado descartada por completo en los últimos días. Así pues, mis opciones finales son las siguientes, y desde luego, muy antagónicas:

La primera... los vastos y frondosos bosques de la lluviosa zona norte de la costa este de los Estados Unidos. Se sitúa en la frontera del estado de Washington. Un clima húmedo y nublado, que asegurará que brote musgo hasta en la suela de mis zapatos:



La segunda opción... bueno; es todo lo contrario. Se trata de la árida y tórrida Arizona, en el sur del sur de los Estados. El desierto de Sonora, el eterno sol y los cactus brotando entre la arena te saludan.


Este estado es también la cuna del Gran Cañón del Colorado. Excitante, ¿verdad?


Bien... pues estas son mis dos opciones. El suspense está... en que la decisión no depende de mí, sino de mis profesores. Hasta febrero del año que viene no sabré a qué universidad me han destinado. ¿Cuál creéis que va a terminar tocándome? XD

Desde luego, cuando me vaya, el nombre de este blog va a tener todavía menos sentido. ¿Nanaintokyo? Pero bueno, no tengo intención de cambiarlo =)

Esta marcha es diferente. Totalmente distinta. Primero, que me marcho a una universidad, y segundo... que, al contrario que me sucedió con Tokio, esta vez no conozco absolutamente nada de esos lugares. No sé qué debo esperar. No sé lo que veré, no sé adónde voy... pero eso lo hace todavía mejor.

P.D: Aprovecho este post para decir que, a partir de ya, entro oficialmente en "temporada de exámenes". Por lo tanto, no esperéis noticias mías, por lo menos, hasta el próximo dia 13.