lunes, 27 de julio de 2009

Muros que hablan

Camino por las calles a pleno sol, el día enrojece mi piel y seca mis células, algo cansadas.

Vengo de hacer recados, recados que me llevarán en la dirección que creo acertada. La verdad es que en el fondo, muy, muy en el fondo, sólo tengo ganas de salir corriendo.

"Sé valiente", me digo cada vez que noto que me cansa ya mirar siempre por la misma ventana. Recuerdo mientras camino por la acera las recientes palabras de mi buen amigo:

¿Qué buscas de la vida, Nana? ¿Quién quieres ser? ¿Adónde van dirigidos los pasos de tu espíritu?

Tómate tu tiempo, y respóndete.

No dejes que el mundo se pierda a alguien como tú. Pero sobretodo, no te pierdas en ti misma.



¡Cuántas buenas lecciones le debo ya! Que son aire fresco para unos pulmones algo asfixiados. Me pregunto si algun día podré hacerle sentir que le he recompensado por su siempre amable atención.

En estos últimos días, me cuesta un poco coger un bolígrafo y ponerme a escribir.

Entonces pienso en ti, en que si tan sólo mis palabras pudiesen dejarte sin aliento, en que si tuviesen como mínimo la fuerza para conmoverte, escribiría hasta la última letra de éste mundo. No dejaría frase sin decir, no dejaría historia por contar si fuese para ti.

¡Qué cansancio! Y qué ganas de recobrar fuerzas. Tengo esperanzas de encontrar un buen futuro, pero siempre que cierro los ojos y lo veo tras mis párpados... no sé por qué, pero siempre me parece que está muy, muy lejos de esta ciudad.

Pensando esto en silencio, caminando despacio, topo con un muro que me dice con descaro:



Las paredes de cemento hablan más claro que yo. A partir de ahora intentaré escuchar sus palabras.

Y sí, gritaré cuando me queme.

domingo, 19 de julio de 2009

dijo la esfera al cubo...

Delante de la estación de Japan Railways (JR) de Shinjuku, en el centro del centro de la ciudad, hay una plaza rodeada de edificios y tiendas de electrónica y gente con megáfonos y transeúntes y más transeúntes y restaurantes y vías férreas elevadas y cruces luminosos y pantallas por todas partes.

Allí, haciendo esquina en esa plaza, hay lo que seguro que cualquier visitante espera encontrar sin dificultad en esa urbe de cemento y cristal:

Una frutería.

Porque Tokio es así, se pasa de las cámaras reflex a los melocotones en menos de dos metros.

- ¿Qué es eso?- le dije a Ami.
- ¿El qué?- Se quitó la cucharilla del helado de la boca.
- ¿Es una sandía cuadrada?- Digo acercándome al puesto, cuya fruta estaba expuesta dando a la calle.
- Sí... ¿Qué pasa?- Me dijo intrigada.
- Pues que había leído de ellas en internet... pero no esperaba que fuese cierto que existen.
- ¡Pues claro que existen! ¿Cómo no iban a existir?- Se rió de esa forma tan suya.
-¿Cómo que cómo no iban a existir? ¡Son cuadradas! Es antinatural.
- ¿Todas las sandías en Europa son redondas?- Me dijo como si acabase de decir un disparate.
- ¡Pues claro que sí!

Me miró de nuevo con los ojos abiertos como platos. Me daba la sensación de que estaba sinceramente sorprendida. ¿Es que acaso éramos nosotros los raros?

- ¿Y cómo son de grandes las sandías?

Le hice un círculo con los brazos, tocándome los codos con las manos, y haciendo una mueca dije:

- Más o menos así...

Se quedó mirando el círculo, relativamente grande, que dibujé entre mis brazos.

- Los europeos estáis locos...- sonrió.
- ¿Qué dices? Sois vosotros los que lo estáis... ¡Sandías cuadradas! ¿Pero para qué las queréis cuadradas?
- ¿Cómo las metéis en la nevera, ¿si no?

Me quedé en silencio absoluto.

- ¿Meterlas en la nevera? - Recuerdo las batallas de mi madre para meter al gigante verde en el frigorífico, partiéndola en dos y sacando todas las botellas de coca-cola y zumo para volver a ponerlas por encima de la carne y el pescado... - ¿Son cuadradas por eso?
- ¡Pues claro! ¿Por qué te pensabas que era?
- Ay, no sé... porque os gusta llevar la contraria.

Volvió a reírse, como de costumbre.

- Estáis todos locos...- me dijo.
- Pues... puede que sí.

De repente, la idea de tener una sandía redonda me pareció una completa estupidez.


miércoles, 15 de julio de 2009

Redireccionando

¡Bueno! Hola niños y niñas.

¡Sí! Sigo viva. El que no haya actualizado hasta hoy tiene un motivo muy claro: hasta hoy no ha acabado de definirse mi nueva trayectoria.

Y sí, hablo de "nueva trayectoria". Ahora os aclaro esto...

Quería comentar que no me meteré en los comentarios, discusiones y especulaciones varias del post anterior (¡Que vaya tela, niños! Mirad la sección "Principios de Nana's Diary" en el lateral de este blog y veréis que no tolero faltas de respeto entre usuarios, es por eso que no me he metido. Si he tenido que hablar con alguien lo he hecho fuera de este espacio).
El caso es que en estos días, por suerte, he recibido más mensajes de apoyo que de crítica y eso me ha ayudado muchísimo. No hablo de crítica constructiva, que esos comentarios también los aprecio, sino de crítica sin fundamento. A todos ellos... ¡Bye, bye, babies! Ha sido un momento bastante delicado de mi vida y una decisión que me ha costado horrores tomar, por lo que cualquier soporte ha sido un pilar indispensable. ¡A todos, gracias!

Pero bueno, comencemos con lo de la nueva trayectoria...

Me he cambiado de carrera. ¡Ya tocaba! Ahora que la decisión está tomada me parece la cosa más sencilla del mundo, pero decidirme a hacerlo me ha costado muchísimo. Siempre he tirado en línea recta, mirando al frente, dando pasos adelante uno tras otro. De repente, toparme con un camino que no me gustaba y tener que dar un paso hacia atrás ha sido complicado. Avanzar siempre es fácil, satisfactorio y gratificante, pero lo que es verdaderamente difícil es saber cuándo dar un paso atrás; nunca sabes si el suelo a tus espaldas va a seguir firme como antes.

Pese a todo, mis convicciones y objetivos son los mismos. Tengo la misma vocación y la misma meta, pero sencillamente la buscaré por otro sendero. Me he inscrito a Estudios de Asia Oriental en la Universidad Autónoma de Barcelona. Es una carrera nueva, por lo que el hecho de pensar que por mucho que hubiese querido no la hubiese podido comenzarla antes de este año me sirve un poco de auto-consuelo. El motivo por el que no he actualizado hasta hoy era porque hasta esta mañana no se ha publicado la asignación de plazas y, como he dejado entrever antes, prefería asegurarme de que el suelo que pisaba era firme antes de comunicaros nada.

La parte más difícil de mi decisión ha sido tener que sacrificar el viaje a Arizona. Éste era un intercambio programado por mi ex-universidad en el segundo curso, por lo que al cambiar de carrera, sencillamente no puedo ir. Me hacía una ilusión tremenda y tenía muchas esperanzas puestas en ese viaje, pero en el momento en que me di cuenta de que el intercambio se había convertido en mi única y exclusiva motivación para continuar en esa carrera... noté que algo fallaba. Las palabras las puso un buen amigo mío:

"Nana, eso es pan para hoy y hambre para mañana", me dijo.

No se trataba de que me quitasen la miel de los labios, se trataba de quitármela yo misma; renunciar por decisión propia a algo que deseas con toda tu alma. Creo haber tomado la decisión adecuada (aunque sólo el tiempo lo dirá), y he aprendido mucho de la experiencia. No se puede tener todo, y esta decisión me ha enseñado que muchas veces tenemos que aparcar algunas cosas por mucho que deseemos hacerlas.

En su lugar, haré otro viaje del que quizás saque también mucho provecho. El mes que viene me marcho a Alemania, y entre las varias ciudades que visitaré se encuentran Rostock y Hamburgo (que a los lectores del blog paralelo a éste les sonarán un poco) para realizar un poco de trabajo de campo y documentarme para elaborar como dios manda esa novelita que llevo en proyecto desde hace ya tiempo (la sigo escribiendo, cada día un poco más, preparándola para antes del fin del verano).

Bueno, creo que eso es casi todo. Me gradué en la Escuela Oficial de Idiomas de Barcelona y al fin tengo un título oficial de japonés, aunque también me estoy planteando eso de presentarme al Nihongo Nouryoku Shiken a finales de año. ¡Espero que me convaliden créditos! Hoy he hablado con mi nueva facultad y todo apunta a que sí. Si acaso explicaré los trámites y papeleos en éste blog para que algún día puedan servir de ayuda a algún intrépido navegante de la red (o a algún lector que ya esté ojeando esto).

Y también (¿Ves? Ya sabía yo que con lo de arriba no acababa), puesto que mi carrera es nueva y medianamente desconocida, he pensado en ir hablando sobre ella a medida que avance para ir creando una mínima fuente documental a aquellos que en un futuro se interesen por cursarla.

Como veis, soy la misma de siempre. He resucitado y miro en la misma dirección; camino por otro sendero, pero mi mirada sigue fija en el mismo punto.

Y para hacerme pesada y no acabar nunca este post... ¡Gracias de nuevo a todos! He notado que éste blog me pone los pies en la tierra. El hecho de vivir y actuar pensando "esto tengo que escribirlo en el blog" hace que me plantee y piense las cosas con mucha más calma, con la cabeza fría. Sé que sólo así lograré explicar mi vida en palabras.

¡Comienza una nueva etapa! Miro desde la superfície a mi antiguo ataúd, ya vacío, y os saludo.