domingo, 28 de diciembre de 2008

Titulitis

Hoy no he descubierto nada nuevo. Sólo podríamos decir... que he corroborado algo que ya sabía: Que el mundo se rige por la titulitis, por la fama... y que al público no le importa tragarse bodrios como casas solamente porque el título de semejante cagada tiene renombre. ¿Qué es el renombre? ¿De dónde lo saca la gente? ¿Lo regalan en las ferias?


Todo esto comenzó el día de San Esteban en casa de mis tíos, celebrando la noche en familia. Sí, san Esteban, ese día que sucede a aquellas fiestas tan espantosas llamadas Navidad. Ese día.

Salió el tema del arte moderno. Recuerdo haber dicho por este blog que yo hice el bachillerato artístico para descubrir que no encajaba en el cánon de artista del mundo actual, porque detestaba todas esas atrocidades del arte moderno. Sí, y aquí diré - uuh, un comentario perverso; qué controvertida- que detesto a Tàpies, a sus cuadros hechos con arena, a sus pegotes de pintura y a sus calcetines. Pensad que si un cualquiera hiciese lo mismo... le pondrían verde. Y entonces también salió en la conversación, como en cualquier buen debate (sí, el de la cena de San Esteban)la voz defensora: "Pero ten en cuenta que hay que situar a esos artistas en la época en que comenzaron a hacer esas cosas".



Entonces pensé... " ¿y quién decidió que eso era arte?". Sí, podéis llamarme clásica, anticuada, y mil cosas más, pero soy de las que creen que el arte existe para transmitir sensaciones en forma de belleza. Creo que el arte debe ser un regalo para los sentidos de las personas.

Pues la corroboración de ese pensamiento ha llegado hoy a mi vida en forma de audiovisual: The Spirit. Lo primero que se ha oído en la sala al encenderse las luces ha sido "Dios mío, qué mala". ¿Mala? ¡No, es peor! Es sencillamente monstruosa. La peor película de mi vida, que arrebata el trono de las más detestables a mi ya clásica odiada "28 días después".

Y entro en la titulitis. ¿Por qué la gente va a ver esa película? Yo he ido porque era la elección de mis amigos, pero... la gente va porque el director es Frank Miller. Vale, y qué. Miller acaba de demostrarnos que sabe hacer truños como transatlánticos, igual que cualquier otra persona del mundo; mientras los cientos de miles de estudiantes de dirección cinematográfica se arañan, se arrastran por el barro y se amontonan sobre los cadáveres apilados para lograr que les pasen un corto que han hecho vendiendo sus playstations en el cash converters. Y lo mejor, es que tienen ideas mucho mejores y más frescas que Frank Miller.



Y con esto... digo miles mas. ¿Qué tiene Bimba Bosé? El apellido. ¿Y Paris Hilton? El apellido... un vídeo porno, y un morro vergonzoso. ¿Y Mónica Cruz? ¿Y Lizzy Jagger? ¿Y Nicole Richie? Igual que la humanidad está haciéndose a la idea de que el mundo de los actores de Hollywood no se regirá en un futuro por lo bueno que sea uno, sino por si eres o no descendiente de un gran actor; en pocas palabras... por si vas a vender o no. Y compramos. Y lo peor de todo... es que compramos.



P.D: En mis próximos posts me voy a dedicar a responder comentarios. Sí, creo que voy a hacerlo XD Dejaré esto unos días y me pondré a ello. Decís cosas demasiado interesantes, a veces =P

domingo, 14 de diciembre de 2008

De modas y muertos

¡Hola! Por fin he terminado los exámenes y vuelvo al planeta tierra. ¿Qué tal todo en mi ausencia?

Hoy os voy a hablar de modas y muertos.

No sé cuantos millones de veces habré mencionado en esta bitácora mi eterna aversión por el frío. Podría decirse que es posible que este odio tenga fundamento, aunque yo tampoco estoy muy segura de la veracidad de tal teoría.
El caso es que, la conclusión que he sacado a lo largo de estos años a base de cientos de conversaciones con cientos de personas diferentes, es que odio el frío porque mi piel está fría siempre, por naturaleza.
Cualquier persona que me haya tocado lo sabrá. La frase "niña, pareces un muerto" está a la orden del día en mi vida. Quizá busco el calor desesperadamente porque palia un poco, sólo un poquito, esa gelidez que siempre me acompaña. Aunque no creáis que es la solución, no. Puedo estar a cuarenta grados en mi ciudad y seguir pareciendo un trozo de carne recién salido de la nevera.
El caso es que últimamente, cuando sale el tema de mi cadavérica cualidad, sale también, casi automáticamente, la frase:
"Bueno, piensa que eso ahora está de moda. Es sexy".
¿Qué? Nunca pensé que mi falta de calor corporal sirviese para algo más que para refrescar las nucas de mis acompañantes en verano con tan sólo posar mis manos sobre ellas. Ahora resulta que eso, además, es sexy.

Será esa cosa de los vampiros. ¡Porque el mundo es así! Se ponen de moda los vampiros, y de repente ser blanco como el papel, estar helado, o tener ojeras... es lo que "mola". En pocas palabras, cuanto mayor sea tu similitud con un difunto, mejor. ¡Es lo que se lleva!
Me pregunto qué sucedería si se pusieran de moda los zombis. Habría que verlo.

Pero el caso es que la vida es así, señores. Ahora no se habla de otra cosa; las librerías y las carteleras plagadas de vampiros; las series de televisión copiándose unas de otras, y todas con nombres lúgubres o propios del más oscuro romanticismo. Y la gente lo sigue, como la oveja al pastor. No les culpo por ello, no me malinterpretéis, creo que todo el mundo tiene derecho a disfrutar de lo que le apetezca.

Pero me resulta gracioso; cómo pueden cambiar la opinión o los gustos de alguien de la noche al día según las influencias y tendencias del momento. Y lo peor será que no sólo veremos a miles de chicas fantasear con pálidos seres chupasangre, sino que muchos chicos procurarán llegar a parecerse a tal modelo lo máximo posible.

Porque así es la vida. Comenzaron con fantasías épicas, luego con piratas, ahora con vampiros... y nadie sabe con qué seguirá el círculo. Mientras tanto... disfrutad todo lo que podáis de lo que os apetezca. Qué diablos.



lunes, 1 de diciembre de 2008

Mi nuevo viajecito

Señores, os informo de mis próximos planes =)

Resulta que no voy a permanecer en Barcelona, y menos en España, por mucho tiempo. Y no, no vuelvo a Tokio, eso tendrá que esperar...

Pero me marcho a hacer las américas.

Tengo que realizar un intercambio obligatorio en la universidad durante la segunda mitad del año que viene. En un principio parecía que iba a tocarme ir a Canadá, pero esa opción ha quedado descartada por completo en los últimos días. Así pues, mis opciones finales son las siguientes, y desde luego, muy antagónicas:

La primera... los vastos y frondosos bosques de la lluviosa zona norte de la costa este de los Estados Unidos. Se sitúa en la frontera del estado de Washington. Un clima húmedo y nublado, que asegurará que brote musgo hasta en la suela de mis zapatos:



La segunda opción... bueno; es todo lo contrario. Se trata de la árida y tórrida Arizona, en el sur del sur de los Estados. El desierto de Sonora, el eterno sol y los cactus brotando entre la arena te saludan.


Este estado es también la cuna del Gran Cañón del Colorado. Excitante, ¿verdad?


Bien... pues estas son mis dos opciones. El suspense está... en que la decisión no depende de mí, sino de mis profesores. Hasta febrero del año que viene no sabré a qué universidad me han destinado. ¿Cuál creéis que va a terminar tocándome? XD

Desde luego, cuando me vaya, el nombre de este blog va a tener todavía menos sentido. ¿Nanaintokyo? Pero bueno, no tengo intención de cambiarlo =)

Esta marcha es diferente. Totalmente distinta. Primero, que me marcho a una universidad, y segundo... que, al contrario que me sucedió con Tokio, esta vez no conozco absolutamente nada de esos lugares. No sé qué debo esperar. No sé lo que veré, no sé adónde voy... pero eso lo hace todavía mejor.

P.D: Aprovecho este post para decir que, a partir de ya, entro oficialmente en "temporada de exámenes". Por lo tanto, no esperéis noticias mías, por lo menos, hasta el próximo dia 13.

domingo, 30 de noviembre de 2008

4:14 am

No me olvidaré nunca de aquél día de tantos, trabajando en aquél restaurante de tantos, en el núcleo del núcleo de aquella ciudad, con aquella gente maravillosa.
Aquella tarde era como siempre. Atendía el hall mientras tiraba de aquella camisa color crema que, según qué días, me quedaba más corta que otros. Esa tarde respondía a uno de los días en los que era demasiado escueta.
Aunque lo cierto era que pensaba miles, miles de cosas. En uno de ésos días en que había poca clientela, yo sentía que no podía perder el tiempo. Durante los ratos de quedarse de pie y limitarse a observar el no tan extenso panorama, yo pensaba. Pensaba mucho y en muchas cosas.

- Nana, vete al descanso.

¡Bien! Al fin. Correteé por el corto pasillo hacia el altillo donde se hallaba la pequeña salita de descanso, con el techo demasiado bajo como para mantenerse erguido en ella.
Me dejé caer sobre la única superfície acolchada del lugar (pues llamarle sofá sería muy osado) y miré a la otra persona que había allí. Una persona con la que no había hablado nunca.

El señor Watanabe. Un anciando de aspecto benevolente y muy, muy callado. Trabajaba en la cocina, en silencio continuo; descansaba en esa sala con un libro en las manos, en silencio continuo.
De hecho, vivía siempre con un libro y en silencio continuo.
"Si algún día te dice algo... no le hagas mucho caso, ya sabes, es el típico yayo pesado". Eso es lo único que había oído de él. Obviamente no de sus labios.

- Hoy te noto alterada. ¿Tienes algo en la cabeza?

Un momento. ¿Me estaba hablando a mí? No había alzado la mirada de aquél libro, y seguía indiferente, con su gorro de cocina todavía en la cabeza. Su uniforme de inmaculado blanco, sentado en una banqueta de hojalata. Clavaba sus oscuros ojos en las páginas alumbradas por la mortecina lámpara; ojos ya poco visibles tras aquellas gruesas gafas.

- Muchas cosas- Respondí tras asegurarme de que sus valiosas palabras se dirigían realmente a mi persona.

Me sentí halagada. Los diamantes son caros por su escasez (o eso nos hacen creer), por lo que creí que debía apreciar su atención más que la de cualquier otra persona.

- ¿Alguna preocupante?

Medité.

- ...No lo sé.

Pasó la página, suspiró... y leyó varios párrafos antes de responder.

- Hay... un árbol, en el centro del centro del parque de Yoyogi. Es el más grande de los pocos que hay enmedio de la zona de césped. Es enorme, con unas ramas que se extienden en todas direcciones.

Supuse que su silencio me invitó a asentir.

- Sí. Lo conozco.

Continuó tras mi afirmación.

- Siéntate bajo él, apoyando tu espalda en el tronco, y observa las hojas que revolotean por encima de tu cabeza. Mira las tupidas ramas que te impidan ver el cielo, y contempla las hojas que se interpongan en tu vista.

Le miré otra vez, esperando a que continuase.

- Cuéntalas. Una a una. Cuenta las hojas del árbol, y lleva la cuenta en tu cabeza, sin pensar absolutamente en nada más. Si mientras lo haces, un sólo pensamiento te asalta o interrumpe... sabrás entonces que ese pensamiento te está perturbando, y que debes olvidarlo, pues no te traerá nada bueno.




¡Estúpidos de nosotros! Que despreciamos a aquellos que tienen tanto, tanto que decirnos. Tanto en Japón como en este país menospreciamos aquello que consideramos antiguo, lo tachamos de obsoleto y absolutamente falto de sentido.
Nos creemos mejores, más modernos, más preparados, más capaces.
Me pregunto cuántos jóvenes del mundo actual serían capaces de contar las hojas del árbol.
Lo peor es que no creo que los pensamientos que les asaltasen fuesen asuntos de gran importancia, sino cosas triviales y completamente vacuas.
Ojalá. Ojalá pudiésemos contarlas, de la primera a la última.

sábado, 22 de noviembre de 2008

Así sueno xDDD

Después de que mucha, mucha gente me insistiese en eso de "quiero oírte hablar japonés", voy a hacerlo. Esta soy yo recitando un fragmento de un poemilla que aprendí en clase.

Está en japonés antiguo, así que si los estudiantes del idioma no entendéis gran cosa, no hay de qué alarmarse, es totalmente natural; yo tampoco entendía una palabra hasta que me lo "transcribieron" al idioma actual.

Memo 2
Memo 2.aiff
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NOTA: Mis nulos conocimientos de informática hacen que no tenga ni idea de poner un reproductor en la misma web, así que tendréis que descargarlo desde el link de arriba ^^U


Que sepáis que os tengo que querer mucho para hacer esto. Odio oírme grabada >__<

君死にたまうことなかれ

ああおとうとよ、君を泣く君死にたまふことなかれ
末に生まれし君なれば親のなさけはまさりしも
親は刃(やいば)をにぎらせて人を殺せとをしへ(教え)しや
人を殺して死ねよとて二十四までをそだてしや


堺の街のあきびとの旧家をほこるあるじにて
親の名を継ぐ君なれば君死にたまふことなかれ
旅順の城はほろぶともほろびずとても何事ぞ
君は知らじな、あきびとの家のおきてに無かりけり

miércoles, 19 de noviembre de 2008

Reflexiones de una escritora novicia a las 23:47 cuando debería estar haciendo un terrible y aburridísimo resumen para la facultad

¿Qué pasaría si no escribiese?

- Que, excepto a estos pocos aunque amados lectores que tengo, a poca gente le importaría.

- Que un día mi cabeza estallaría por acumulación de pensamientos.

- Que mis sueños se marchitarían, como una rosa en un... en un... tupperware.

- Que mi vida sería mucho menos interesante.

- Que no llegaría a odiar a los grandes escritores de la lengua española clásica por su retorcido pensamiento.

- Que mi vida apestaría.

- Que terminaría casada, con hijos, y con un trabajo normal y quizá bien pagado.

- Que dejaría de ser capaz de contar las hojas de un sauce mientras medito.

- Que me preocuparía un poco más por las notas que saco o dejo de sacar.

- Que cuando fuese vieja e infeliz, aparecería una niña de 18-19 años por la tele que se ha hecho escritora, y me retorcería en mis remordimientos de consciencia hasta el fin de mi triste existencia.

- Encontraría un novio aburrido y tendríamos una relación aburrida. Bueno, pongamos, simplemente... que encontraría novio.

- No tendría a nadie a quien amargar la existencia con mis filosofadas. Sobretodo a mi madre.

- Mis amigos no sabrían de qué hablar conmigo.

- Que la gente dejaría de decirme que soy el ser más extravagante que conocen.

- Que Eira nunca habría nacido.

- Que mi gran maestro se decepcionaría mortalmente.

- Que no sentiría ese ansia por entrar en la ducha, el lugar que siempre me inspira tanto.

- Que las faltas de otrografía dejarían de quitarme el sueño.

- Que no tendría nada en que quedarme pensando en el metro, concentrada hasta el punto de pasarme una... y tres paradas.

- Que tendría una vida normal.

- Que mi madre sería más feliz al tener asegurado el futuro de una de sus hijas.

- Que sentaría la cabeza.

- Que dejaría de existir.


Vaya, ¿Creéis que tengo elección?

martes, 18 de noviembre de 2008

No interesa

Ando en mi primera época de trabajos/ exámenes de mi vida universitaria, y la experiencia no resulta demasiado agradable. Aun así, abandonar el blog no es algo que conste en mis planes, así que he decidido crear un híbrido entre actualizar + mis trabajos.

Esto es, poneros un trabajo que hice hace unos días, pues me resultó bastante interesante.

Se trataba de comentar una fotografía elegida al azar y plasmar nuestra opinión sobre ella, en un estilo bastante... literario. Yo elegí esta, y espero que os guste el texto. Es algo bastante en mi línea.





Esta foto de Yonathan Weitzman, un fotógrafo israelí, ganó el primer premio del World Press Photo 2008, en la categoría People in the news.

En ella observamos el vestido de una chica africana, que cuelga del alambre de espino de la frontera entre Israel y Egipto. Según los datos que la fotografía adjuntaba en la página web que la galardonaba, durante los años 2007 y 2008, muchísimos huidos del conflicto en el área de Darfur, en Sudan, cruzaron la frontera ilegalmente buscando asilo en Israel, llegando muchos de ellos a instalarse en Egipto. Al parecer, el gobierno de éste país comenzó a endurecer entonces su política con respecto a la inmigración ilegal, lo cual implicó también una mayor severidad y violencia hacia aquellos que intentasen cruzar sus fronteras clandestinamente.

Este último factor hace de la fotografía que vemos algo todavía más conmovedor. He observado decenas de galardonadas en el mismo premio, pero el contraste de esta foto, los dos conceptos opuestos que representa, resultan conmovedores e impactantes a ojos de cualquiera. Eso es lo que me ha motivado a escogerla.

No es difícil notar las dos fuerzas que dominan en esta fotografía. Sin ir más lejos, el hecho de que esté en blanco y negro, el hecho de que el vestido blanco brille, reluzca con fuerza enredado en el alambre de espino tras el oscuro fondo nos da una pista sobre su significado. Detecto un claro choque de todo lo suave, delicado, frágil y dulce que el vestido representa; con la violencia, dureza, resistencia y frialdad que el alambre del que se encuentra preso nos transmite. No me cuesta nada observar una contraposición de la inocencia con la guerra, del bien y del mal. La fina tela del vestido, su vaporosa y hermosa ropa se enreda, se engancha, se desgarra con las púas y cuchillas del frío metal. Es el corazón humano contra el horror de la guerra, es la vida y la destrucción; un ying y un yang evidentes, apreciables a simple vista.

Comienzo a plantearme quién llevó aquél vestido. ¿Cruzó la chica sola aquella frontera, ignorando los peligros que corría? ¿O lo hizo en compañía de su familia o de un gran grupo de gente? ¿Lo hizo de noche o a plena luz del día? Sea como fuere, ella, sola o acompañada, se opuso al poder, se opuso a las opresiones, y no temió saltar aquella frontera. No le importaron las cuchillas de los alambres, no le importaron las una o diez cicatrices que pudiesen quedarle tras el asalto, ella quería cruzar a toda costa. Podía perder el vestido, podía perder incluso la vida, pero para ella cruzar era lo más importante, tenía más peso que cualquier otra cosa en el mundo. Así de desesperada podía haber llegado a estar. Por la vegetación que observamos alrededor, y por el concepto que todos tenemos de una frontera, no puedo evitar plantearme si su paso hacia Egipto fue mucho más que el saltar aquella valla; fue atravesar el desierto de ambos lados, el sobrevivir a la travesía, pues no puedo concebir a una chica que salta una frontera ilegalmente, llegar a esta cómodamente en coche o todoterreno. Es posible que caminase decenas de quilómetros, que llegase a su objetivo deshidratada, cansada y angustiada, pero que eso no le privase de saltar de todas maneras.

¿Y llegó a cumplir su objetivo? ¿Llegó al otro lado o fue descubierta y aniquilada? No sólo en el momento de cruzar, si no en cualquier otro. ¿Se tuvo que quedar en Israel, vive ahora felizmente en Egipto, o yace ya a tres metros bajo tierra? También he dado por supuesto que se trataba de una chica, pero quizá era una mujer adulta, con su marido e hijos, que quizá perdió a alguien el día del asalto a la frontera. Infinitas son las preguntas que podemos hacernos sobre ella, sobre su origen y su destino, sobre su vida o muerte actuales… e incluso sobre su existencia.

Porque, ¿Quién nos dice que nadie puso ese vestido ahí intencionalmente? Podría ser que todo esto no fuese más que uno de tantos montajes para arrancarnos unas lagrimitas, un burdo plan para hacernos conmover. Podría ser que resultase que los trapos y camisas que cuelgan de los alambres son en la realidad despojos rotos y ensangrentados, lo único que queda ya de sus antiguos portadores. Quizá nada hay de vaporoso, bonito e inmaculado ya en aquellas fronteras, no hay vestidos blancos, sólo dolor; restos de camisetas oscuras, sucias y casi desintegradas, que se mecen con el viento, olvidadas por las personas y por las cámaras, pues nadie se conmueve con un trapo sucio que huele a muerte y a putrefacción, pero sí con el vestido blanco. Los trapos ensangrentados no ganan premios, pero sí el delicado y puro vestido blanco.



P.D: Los lectores de gaiden tienen sorpresita.

martes, 4 de noviembre de 2008

Pregaria

Hoy es un día bastante especial, de eso no hay duda.

Hasta ahora me he dedicado a dejar bastante al margen de este blog mis ideas políticas (que no las personales), pero hoy voy a descubrirme; voy a mojarme un poco. Esto me recuerda a una conversación que tuve con una buena amiga un día que bromeábamos en mi cocina mientras comíamos tostadas con jamón. Me dijo algo parecido a "una escritora, o aspirante a ella, que se precie... debe tener una ideología política y ser algo comprometida". Aquél día nos reímos del hecho y comenzamos a decir tonterías al respecto, pero detrás de la broma había algo de verdad, y es que creo que los "desinteresados" o los que "votan en blanco" bien poco hacen por un país.

Pues bien, os comunicaré, os guste el resultado o no, que soy un ser dedicadamente de izquierdas, progresista y "rojo" como la sangre. Y hoy es sin duda un día de esperanza para nosotros.

Aunque el sentido de "rojo" se queda algo alterado si hablamos de Estados Unidos, pues ahí los tintes van al revés del mundo, pero bueno. No soy americana (ni tampoco me apena la idea de no serlo), por lo que no puedo votar el día de hoy, pero me veo anímicamente obligada a expresar mi apoyo por aquél hombre que se ha ganado mi fe y confianza: Obama. Y diréis... "por si no me encontraba ese nombre hasta en la sopa, ahora va Nana y se pone a hablar del tema." Pues... sí, no hay más que decir. Sin excusas.

Llevaba tiempo viendo cómo el mundo no era más que una repetición consecutiva de los mismos hechos. Las mismas noticias en el periódico y los mismos problemas por todas partes. Una crisis mundial encima, y la gente con la moral por los suelos.

No me malinterpretéis, no creo en los héroes ni en los mesías (al menos en el mundo real, dejadme soñar), pero sí creo en el cambio, en que las cosas pueden hacerse mejor. El hombre que he nombrado anteriormente me ha hecho dar un respingo del asiento; me ha hecho pensar... "Eh, quizá todo no tiene por qué ser tal y como es ahora, quizá haya algo más, quizá puedan hacerse las cosas de una manera distinta". Y me ha hecho tener fe en el cambio. Espero y deseo (no diré por Dios, pues me confieso también atea) que esta madrugada pueda sonreír al ver el resultado de las urnas.

Así pues, mi post de hoy no es informativo, ni creativo, ni ilustrativo... Es un grito de esperanza, un llamamiento y una petición de cambio. Quiero ver las cosas con otros ojos, quiero ver a ése hombre hacer por fin algo positivo, quiero creer que puede hacerse. Y creo que no soy la única, hoy he visto en el periódico la fotografía de una mujer de etnia negra llorando a lágrima viva con una imagen del candidato demócrata a sus espaldas. No creo que esa mujer llorase ni de alegría ni de pena; pienso que lloraba de emoción. Creo que esas lágrimas surgieron en el momento en que proyectó en su mente cómo podría cambiar su vida si su candidato saliera elegido, cuán distinto sería todo para ella; y yo también quiero pensar que será así.

No hay nada asegurado, pero desde aquí, en mi humilde asiento de mi modesta casita en la pequeña Badalona, quiero expresar mi apoyo y mi fe. Sí, quizá me meta en la boca del lobo hablando de política en un blog anecdótico como este, pero me lo pedía el cuerpo, y ya sabéis que soy una persona de impulsos.

lunes, 27 de octubre de 2008

Otra historieta

Recuerdo aquél día. Ya no sé si era un domingo, un miércoles o un lunes; si era Marzo o era Junio, pero lo recuerdo de todos modos.

Paseaba por una de aquellas calles de Tokio con mucha gente y misteriosamente ninguna acera, en la que la gente no choca entre sí, no sé si por práctica o por frialdad… pero qué más da; el caso es que paseaba por ésta. Bueno, no diría bien bien pasear, pues iba algo apresurada para encontrarme con mi amiga Ami.

Me esperaba con uno de sus clásicos jerséis-vestido extra anchos y sus zapatillas converse desgastadas; una de color amarillo y la otra de color verde, a conjunto con la ropa. Tan pequeñita y encantadora como siempre me alzaba así la mano como… saludando, ya me entendéis.

Recordé entonces el día en que me dijo que a ella todos los occidentales le parecían iguales y que no me ofendiera al confesarme que le costaría reconocerme si me tiraran a una caja llena de occidentales (y digo caja porque fue el fabuloso ejemplo que me puso, no por otra cosa). Creo que aquél día al verla, pensé que quizá me saludaba de lejos con tanto esmero para convencerse que yo sí la reconocería a ella aún estando rodeada de japoneses, no fuese a ser que el fenómeno se diese también a la inversa.

Habíamos quedado en una plaza de un sitio no-tan-concurrido dentro de lo que cabe esperar de la bulliciosa (estresante) Tokio. Si había algo que me preguntaba en mis meses allí era de dónde demonios salía tanta gente; y de hecho ahora cuando camino por mi amada Barcelona a veces me da la sensación de que somos pocos, que la calle está desaprovechada. “Oh, Dios mío, puedo ver el suelo… que desperdicio, aquí aún cabrían cincuenta más”. Pero bueno, olvidémoslo.

El caso es que al llegar a la placita y saludar a mi amiga debidamente (sin mucho contacto físico, por supuesto), vi que había en un rincón de la susodicha plaza… un cercado de madera. Así, como si nada.

Un cercadillo de madera que me recordó irremediablemente a aquellos del zoológico donde tienen a las cabras para que los niños se metan a emmerdarse como cerdos y salir apestando a oveja, o cabra… o a lo que fuese. Lo curioso era que en aquél cercado no había cabras; había sólo niños. Niños sin cabras.

“Dios mío, una nueva anécdota depravada de los japoneses que contar a la vuelta… ¡Meten a los niños en corrales! A mis amigos de Barcelona les va a encantar”, pensé; pero no. Para mi desgracia no era algo tan interesante.

Al decirle a Ami algo así como “¿Pero qué coño es eso?” y acercarme, vi que jugaban con… escarabajos. Estaban metidos en el cercado haciendo lo que parecían batallas de nada menos que de escarabajos. Unos bichos negros enormes y repulsivos con muchas patas y cuernos… Una gozada, vamos.

Ami no tardó en colocarse a mi lado. “Pero qué… ¡asco!” exclamé horrorizada. Los niños con las manos en saturación máxima de roña por centímetro cuadrado de piel, se revolcaban por el suelo y gritaban como energúmenos para animar a sus escarabajitos, que tenían nombre y todo.

Mi amiga me miró como si hubiese dicho una blasfemia o algo así. “¿Asco? Si solo son escarabajos, no son nada asquerosos”, me dijo muy convencida. “No, no son asquerosos, son terroríficos y repulsivos. No acercaba yo la mano a uno de ésos ni loca”.

Pareció divertirle mi comentario.

“¿No hacen los niños españoles peleas de escarabajos?” Me preguntó alegre, para oír a continuación mi “¡Dios santo, no!”. Me preguntó entonces que qué hacían entonces los niños españoles, porque ya veis, si no hacen peleas de escarabajos… ¿Qué les queda por hacer en la vida? Y su respuesta le horrorizó tanto como a mí la visión que estaba teniendo. “Si de bichos se trata… suelen coleccionar gusanos de seda… y tal”.

Me miró blanca como el papel y echándose la mano a la boca con su risa tan propia me dijo “¡Eso sí es asqueroso! ¿Gusanos de seda? ¡Puaj! ¿Pero cómo no les da reparo tocarlos?”

Le miré de reojo con la cara enfocando todavía a los niños gritones encercados y, con una risa irónica, me limité a decir…

“Ami, creo que nunca encajaremos”.

A lo que ella se limitó a responder, encogiéndose de hombros:

“¿Qué tendría todo esto de divertido si fuese así?”

domingo, 19 de octubre de 2008

ことわざ - Dichos

Creo que voy a abrir una sección de dichos populares japoneses, pues creo que quizá os resulten más constructivos que los Haiku. Os dejo el primero de todos, el invitado de honor, pues creo que es un mensaje de fe que me encanta.

豚もおだてりゃ木に登る
Buta mo odaterya ki ni noboru

Incluso los cerdos, si son adulados, suben a los árboles.


Moraleja, señores míos: No hay nada imposible si cuentas con apoyo.

sábado, 18 de octubre de 2008

Conclusión del trabajo

Si hay algo a lo que los lectores de éste blog van a tener que acostumbrarse... es a éstas dos cosas:

1- A que no actualice con tanta frecuencia... Lo siento, mi rutina no da para mucho más.

2- A darse cuenta de que esto no es una bitácora destinada a saciar la sed de conocimientos sobre Japón de algunos futuros viajeros, pues mi visión es muy personal, y blogs de "foto y curiosidad" hay miles de millones, y miles de millones de veces más completos que éste.

Y me encanta ver que habéis entendido las dos cosas. Me gusta especialmente que haya comentarios como el de María, que hablan de que les ha gustado mi visión de las cosas en mi estilo de los últimos meses mucho más que cuando comencé como "Un blog más de una expatriada en Japón". Eso sí, el título de ésta bitácora se queda igual, pues ya me he acomodado a él.

Pues bien, el trabajo terminó con una conclusión muy distante de mis expectativas y posiblemente de las vuestras también, pero para bien. Esperaba encontrar mi reflejo en las personas que fuese a conocer (incluso en el sentido de hallar mi imagen invertida incluso), pero no fue así.

Eso me hizo darme cuenta de algo. ¿Cómo iba a esperar encontrarme a gente en la misma situación que viví yo en mi año en el extranjero, si Japón y España son lugares TAN diferentes?
El enfoque debe ser distinto, lo es, ha de serlo. Entré a la clase para encontrarme con gente de todos los países. "¿Y entrevistarás a algún japonés?", me preguntaron días antes. "Eso será si encuentro a alguno", fue mi respuesta.

Y no fue el caso.

Si alguien hubiese entrado a mi escuela de japonés cuando estudiaba en Tokyo, se habrían encontrado con un porcentaje masivo de asiáticos e irrisorio de "todo lo demás", que en respuesta a vuestra pregunta "¿Por qué estáis estudiando aquí?, os habrían respondido cosas como:

- Para ser traductor (como la presente).
- Porque estudio ciencias económicas.
- Porque tengo que pasar unos años en Japón (normalmente entre 3 y 5) por motivos de trabajo.
- Porque he estudiado japonés en la universidad y vengo a perfeccionarlo.
- Porque me gusta el idioma y lo estudio por afición.

Todos, o por lo menos el 90 por ciento de la gente estaba allí en calidad de "estancia temporal", muy pocos tenían intención de quedarse en el sol naciente a vivir por siempre.

Cuando entré en aquella aula la semana pasada, hallé rostros de todos los rincones del planeta. Desde Rusia hasta Bolivia, pasando por Holanda, Marruecos, Francia, Brasil, Polonia... Y sus respuestas a la misma pregunta fueron muy, muy distintas:

- Porque me exigen tener un buen nivel del idioma en mi trabajo para que me dejen quedarme como empleado fijo.
- Porque mi marido/mujer es español y quiero tener buena comunicación con él.
- Porque quiero entrar a un Ciclo Formativo de Grado Superior de Enfermería y dedicarme a ello.
- Porque necesito saber muy bien el idioma para poder gestionar mi propia tienda.

¿Os suenan estas respuestas a estancia temporal? Ya comenzamos con un enfoque totalmente distinto, personas de distintas nacionalidades con objetivos muy alejados de los residentes temporales de Japón. ¿Qué sucede aquí?

Saltemos a otra pregunta que creo que bastará para que entendáis a lo que me refiero. Si en mi escuela de Tokyo hubieseis preguntado algo como: "¿En qué clase de sitio vivís, y qué os parece la vida en Tokyo?", las respuestas sin duda serían:

- Vivo en una residencia de estudiantes, y creo que vivir en Tokyo y entablar amistad con japoneses es algo complicado, menos todavía si no hablas su idioma.
- Vivo en una casa de huéspedes para gente de mi país (China), y hablamos y nos relacionamos entre nosotros todo el tiempo, por lo que tengo poco contacto con los nativos.
- Vivo en un apartamento, lo comparto con tres estudiantes extranjeros. Tengo un trabajo, aunque es en un restaurante de cocina de mi país.
- Alquilo una habitación a una familia japonesa al modo Homestay, aunque tengo poco contacto con ellos, por lo general.

En mi entrevista hace unos días, recibí respuestas como:

- Vivo con mi hermano/padres, vivimos en familia en un piso en Barcelona. Yo llegué hace poco, pero los demás llevaban ya años aquí. Tenemos un negocio.
- Vivo de alquiler, pero estoy pensando en comprarme una casa para invertir un poco el dinero, aunque las cosas están bastante mal. De momento trabajo a tiempo parcial, pero me gustaría encontrar un empleo fijo y a tiempo completo.
- Vivo con mi marido/mujer en un pisito. El/ella es español/a; trabajamos juntos.
- Comparto piso de estudiantes (en la universidad) con gente de todas partes, desde el extranjero hasta personas de otras partes de España. No trabajo, porque me empleo en los estudios de momento.

¡Inocente de mí al pensar que encontraría un perfil semejante al mío en dos países tan dispares! Espero que éstas respuestas os hagan plantearos qué clase de lugares son Japón y España, que penséis en qué resulta cada uno desde el punto de vista de los extranjeros. Pensad si hay alguno de vosotros que esté estudiando japonés por necesidad, o si su afán por ir a aquél país no deriva más que de una afición o simpatía por la cultura.

Planteaos ahora cuánta gente estudia nuestro idioma por necesidad, cuanta gente quiere venir aquí para quedarse, y cuán insignificante (aunque existente, tengámoslo en cuenta) es el número de personas que vienen a quedarse por gusto o pos interés cultural; y no por una búsqueda de un lugar para vivir.

Entonces me planteo... ¿Qué ocurre?, ¿Por qué España y Japón tienen perfiles tan distintos? Si sí es cierto que éste último también tiene inmigración (sobre todo de países del sudeste asiático), la magnitud de ésta es insignificante respecto a la española. ¿Qué tiene Japón para haberse convertido en un lugar de paso, y no el hogar de personas de todo el mundo? ¿Qué ocurre, dónde está la diferencia?




jueves, 2 de octubre de 2008

Nueva etapa, nuevo proyecto.

Últimamente sentía (y sabía) que tenía poca cosa que contar, pero de repente hoy me ha apetecido hablar de la nueva "etapa" que inicio en mi vida.

Sí, una "nueva etapa" es el título que le ponemos la gente a lo que viene después de que algo gordo se haya terminado y no sepamos cómo hacernos a la idea de que los años pasan sin que los controlemos. Decir que inicias una nueva etapa es una forma azucarada de decir que te haces viejo.

Y yo no es que me considere vieja (no soy tan estúpida), pero ando escasa de imaginación y no concibo otra palabra que "nueva etapa" para definir lo que me envuelve. Así pues:

He empezado la universidad, Facultad de Traducción e Interpretación en un lugar soleado, concurrido, hermoso y acogedor. Sé que eso transmite una imagen totalmente opuesta de lo que nos sugiere una facultad... Pero soy una tía con suerte, o como suele decir alguien a quien haré honor, "nací con una flor en el culo".

Y para más culo floreado todavía, bajó un santo del cielo que con un golpe de varita (por que los santos llevan varita, todo el mundo lo sabe); hizo que me tocara plaza en la inaccesible Escuela Oficial de Idiomas de Barcelona, donde continúo con mi humilde japonesito por cuatro duros de ná.

Y bueno; os vengo a presentar el próximo proyectito que tengo en mente cuyo seguimiento haré a través de éste blog; como estudiante de traducción mi tarea es comprender lo que me rodea y traducirlo a oídos de otra sintonía, de manera que lo más inimaginable pueda llegar a entrar en sus ajenos cerebritos; así que me han encargado un interesante trabajo:

Tengo que integrarme en un lugar en el que no haya estado nunca, describirlo y analizarlo a nivel antropológico.

Y personalmente he decidido integrarme en lo que son mis alter ego de Barcelona, he decidido investigar sobre los estudiantes extranjeros que viven en la Ciudad Condal.
Cómo viven, en qué lugares se hospedan; de qué manera estudian, cómo es una clase de español para extranjeros, qué clase de trabajos hacen, cómo se integran (o no) en la cultura española y si llegan a hacer amigos nativos, qué sienten al vivir aquí... etc etc.

Así pues, a partir de ahora y hasta el día 12 de Octubre os iré escribiendo las fases de mi análisis, y así podáis ver la "otra cara"; cómo se siente un estudiante extranjero en nuestra propia ciudad; cuando los papeles se intercambian y los "aliens" pasamos a ser nosotros.

Quién sabe, si encuentro comentarios constructivos también podré añadirlos al trabajo ;)

viernes, 19 de septiembre de 2008

Histeria

Hoy he descubierto que soy como una bici, como un avión o como una mosca.

¿A que vienen esas comparaciones con tan poco que ver? Pues que... si se paran, se caen. No pueden dejar de moverse.

Hoy he ido al médico y le he comentado que llevaba días sin poder ponerme de pie, que me mareaba y sentía que tenía una goma elástica en la cabeza que me la presionaba constantemente; un dolor de cabeza insoportable que ya achacaba a que algún duendecillo de ésos que me acompañan me fuese dando martillazos constantemente. Esperaba el típico análisis de sangre o alguna receta de aspirinas; pero su respuesta ha sido inmediata:

- Estás histérica.

¿Histerica? ¿Yo? .... Pues sí, doctora... ahora que lo dice....

¿De qué estoy histérica? De no poder hacer nada. ¡Doctora, llevo 25 días de vacaciones y voy a morir de asco, quiero volver al trabajo, a la escuela... O a lo que sea!. Pues sí señores, tengo dolores de cabeza y mareos por que mi cuerpo se sube por las paredes de tensión y nervios acumulados; en pocas palabras: Necesito moverme.

¡Estrés de desestrés! Ésto sólo podía pasarme a mí, y en un país como éste. Entonces fue cuando la doctora continuó:

- No voy a darte calmantes por que es lo contrario lo que necesitas. Deberías deshinibirte haciendo cosas para sacar lo que llevas dentro; ya sabes, dibujar, ESCRIBIR...

¡Ay, doctora! Si yo le contara... Tanto hacer funcionar el lado derecho del cerebro me hará que se me acabe cayendo de lado la cabeza. Entonces pensé... ¿Estaré hecha a la japonesa, ya? ¿No puedo vivir teniendo vacaciones? El tiempo libre me perjudica y necesito sentirme activa, ¡hay que ver! Y hay gente por ahí (pongamos padres directamente) que me llaman vaga integral. Cosas de família.

En conclusión lectores, aquí tenéis otro poquito sobre mí. Me dicen que vaya con calma, que no intente comerme el mundo... Pero ya se ha visto que no puedo... ¡Soy una mosca, no una libélula! Y ya puestos me he dado cuenta de que se ha hecho completamente realidad en mí un estereotipo muy gastado:

Que si no escribo, rebiento.

Pero eh, ¡Que rebiento de verdad!

viernes, 12 de septiembre de 2008

Mamá, quiero ser artista.

Después de acabar de publicar el sexto capítulo de la novelita en el Gaiden; me alegra y sorprende ver que cada vez es mayor el apoyo de la gente, cada vez más lectores que me animan a seguir y dan vida a todo lo que escribo.

Me he dado cuenta de que el apoyo es como un gatillo que te puede disparar todo lo lejos que tú quieras. El que tiene un respaldo puede sentirse capaz de grandes cosas.

Por eso éste post lo voy a dedicar a toda aquella gente que persigue un sueño con esfuerzo y ganas. A los "mamá, quiero ser artista". Gente en un principio anónima que se hace un hueco en el mundo gracias a su esfuerzo y sobretodo grandes dosis de talento. Os presentaré a las "pequeñas joyas" que he ido encontrando en el ciberespacio y que recolecto de hace tiempo.

El puesto de honor es para Jack Conte, un músico norteamericano que demuestra un enorme arte a la hora no sólo de cantar, sinó de hacerse él mismo sus propios videoclips. Éste que vais a ver es un video hecho por él en su totalidad; ha grabado la canción por partes, desde las voces hasta los instrumentos; ha filmado el vídeo y lo ha montado. El resultado es éste:




Más canciones en myspace: http://www.myspace.com/jackconte

Segundo puesto para Mia Rose, una chica portuguesa que publicaba en Youtube unos simples videos en los que humildemente cantaba con su guitarra; y millones de visitas que hicieron correr la voz de su existencia. Al final, con su perseverancia y el apoyo de la gente ha conseguido una carrera discográfica y un empuje al estrellato. Aquí el ejemplo de uno de ésos videos que parece ser, robaron el corazón a los usuarios:



¡Y no todo es música! Quién no conoce la página web de Deviantart, donde artistas de todo el mundo pueden dar a conocer sus obras. Una encuentra verdaderos tesoros navegando por ésa web. Desde ilustración hasta todos los campos que existen.







Por Kidchan


Por Sandfreak

No todo es lápiz o photoshop. Hay gente que cuelga incluso óleos:

Por Leonidafremov



¡Incluso hay gente que ha encontrado su pasión en confeccionar peluches!


Por mintconspiracy

¿Qué empuja a toda ésta gente a pasarse horas y horas elaborando éstas obras? ¿Qué les da valor para ser capaces de mostrar una parte de sí mismos a través de sus creaciones? Cada persona tiene sus motivos, y cada uno es distinto; pero apuesto a que todos tienen algo en común: El apoyo de alguien.


No hacen falta alabanzas ni elogios; simplemente basta con que alguien sonría al ver lo que pintas, escribes o creas; es suficiente con saber que alguien se alegra aunque sea un poquito cada vez que tú das vida a algo nuevo; sentirte apreciado de alguna forma. Si tan sólo tienes éso, serás capaz de grandes cosas.

¿Y quién tiene talento y quién no? Personalmente creo que el talento como algo innato no existe, creo que el talento viene de la pasión. Sí, creo que una persona tiene talento para algo cuando ésa cosa le apasiona por completo. No se trata de ser más listo ni más diestro, se trata de amar lo que haces y hacerlo cada día; entonces el talento surge como surgiría el amor entre las personas; si es verdadero crecerá hasta lo más alto y durará por siempre.

Todos nosotros somos capaces de todo, sólo tenemos que explotarlo. Quién sabe si hoy habrá nacido un héroe, ayer nació un brillante músico y mañana nacerá alguien que cambiará el mundo. Todo depende del camino que elijan, de lo que ellos deseen ser. Y si me llaman romántica por pensar así, me autodenominaré como tal con orgullo y alegría.

¿Cómo conseguir el apoyo de alguien? Creo que me he dado cuenta que lo que hace falta es constancia, nada más, simplemente eso. Así que repetiré lo que en éste blog he repetido mil veces, y no me cansaré de decir nunca:


Perseguid vuestros sueños, y empezad desde hoy.

lunes, 8 de septiembre de 2008

No sé qué es peor

Como ya dije, me voy a dedicar a decir lo que siente una expatriada al volver a casa, y con lo que se encuentra. Ahora que piso ésto de nuevo hay muchas cosas que me parecen desconocidas y misteriosas, y otras que simplemente había olvidado que existían.

Una de las muchas que olvidé era la existencia de eso que en España llaman "jornada partida". Hablando mal o "en plata", ¿Qué especie de mierda es la jornada partida?

Vale, consiste en que te levantas pronto, te vas a trabajar, te dan al mediodía un inútil descanso de 3 a hasta 5 horas en que en realidad no te da tiempo de hacer nada, y vuelves al trabajo hasta la noche. Moraleja: Pierdes todo el día y te pagan 8 míseras horas.

Recuerdo que los japoneses me comentaron (con éstas palabras): "Qué guay, me han dicho que en España tenéis un montón de horas de descanso al mediodía para hacer la siesta". Dejando a un lado el tema de si ésas horas se emplean para la siesta o no, me centré en responder: Preferiría trabajar con sólo una hora de descanso y poder plegar antes, o hacer jornadas intensivas como hacéis aquí y poder irme a casa a las 6.

Pero para mi sorpresa la respuesta fue: "Si, nuestra jornada puede terminar a las 6, pero aquí no plega nadie hasta tranquilamente las 11 de la noche". Por lo tanto, resumiendo; los empresarios trabajan desde que sale el sol hasta que se pone.
¿Por qué? Son las horas extra de servicio a la empresa, y como buenos hispanos los que leéis esto, contestaré a la pregunta que os habéis hecho nada más leer: No, no se las pagan.

Cada uno descansa cuando puede

Yo me tiraba de los pelos diciéndoles a los nipones que era totalmente abusivo e injusto que trabajaran hasta la noche sin recibir ni un solo yen extra (que decir "un duro" quedaría fuera de contexto); pero no parecía conseguir convencerles; afirman que es "por el bien de la empresa", y que "si el sistema japonés no fuese así, las empresas no funcionarían como és debido". ¿Necesitan entonces las empresas japonesas que sus trabajadores hagan horas extra para que su empresa tire adelante? ¿Hasta qué punto está bien montado un sistema económico que necesita ésas medidas? ¿Hasta qué punto son sinceros consigo mismos los trabajadores que afirman que encuentran correcto que les hagan trabajar entre 3 y 5 horas extra al día sin paga?

Me dió la sensación al tocar ése tema con los japoneses de que había intentado poner patas arriba un tema tabú e intocable para los trabajadores; y lo cierto es que éso es normal que ocurra en Japón cuando intentas decirles que su sistema de trabajo es mucho más excesivo que en el mundo occidental; se cierran en banda y se tapan los oídos.

Pero en España nos hacen "descansar". Lo cierto és que no es por caridad, sinó por que no les interesa tenernos trabajando en las horas menos ocupadas del día, y por si ya nos pagan poco, almenos se ahorran los cuatro duros que nos iban a pagar si trabajásemos esas "inútiles" horas del mediodía; muchas tiendas cierran durante ése tiempo, quitando todavía más utilidad al descanso, pues ni siquiera puedes salir de tu casa. Lo mismo ocurre con los domingos; el interminable círculo vicioso español del "Como descansamos todos al mismo tiempo, aquí no sale nadie".

La respuesta és que tanto a los japoneses como a nosotros nos manejan como quieren. Las empresas o nuestos "jefecitos" hacen con nosotros lo que les interesa, y nadie se queja por que es "lo que hace todo el mundo". ¿Qué es peor? ¿Trabajar horas extra de servicio a la empresa, o alargar tus días de jornada del día a la noche con un interminable descanso sin utilidad alguna? ¿Qué pasaría si un día todos los japoneses decidieran marcharse del trabajo a la hora que pone en su contrato; o si nosotros nos quedásemos trabajando al mediodía? ¿Sería entonces todo trabajador más feliz y satisfecho, o acabaríamos destruyendo la economía del país?

No lo sé, solo sé que algo va mal en todo ésto.

martes, 2 de septiembre de 2008

Dulce hogar

No. Mi ordenador no está arreglado, escribo de prestado. Esperemos que ésto dure.

Ya tengo mis piececitos de vuelta en suelo español, y el volver es algo extraño. Es curioso, navegantes de la red, que buscáis y encontráis mi humilde blog por tal de leer experiencias de personas que vivan en aquél país que tanto adoráis; me pregunto qué pasará ahora. Creo que quiero contaros qué pasa después, lo nunca contado.

Por que... ¿Qué pasa realmente después?

Pasa que justo antes de volver, sentada en el avión, una empieza a enumerar las cosas maravillosas del país del sol naciente que echará de menos, y lo primero que se encuentra al volver es que no echa de menos nada. Para mí ése año en Japón es ahora una ilusión flotante y totalmente separada, muy, muy distante de mi vida actual. Todo se ha vuelto tan normal, tan "como antes", que me resulta imposible echar de menos nada, por que simplemente en mi vida actual esas cosas "no pegan". A ver cómo puedo explicarme mejor:

Pongamos que echara de menos las tiendas 24 horas donde compraba mi desayuno cada mañana y mi tentempié cada noche. Creí que las añoraría, pero mi ritmo de vida y mis costumbres en España hacen que me sea totalmente innecesaria la susodicha tiendecita, y por lo tanto ni siquiera piense en ella.

¿La gente? Sería cruel decir que no la echo de menos, pero todo y desear verles de nuevo algún día, no es ése vácío que sentí al despedirme de mi gente de toda la vida el día que hice el trayecto contrario; es más bien un "hasta luego" indefinido, sin dolor ni complicaciones.

¿Qué pasa después? Que todo parece mentira. Que a veces tengo que pellizcarme, o mirar a las maletas apiladas en mi habitación, o ponerme a hablar en voz alta en el japonés que he aprendido para recordarme que ha sido real, que hace algo más de una semana yo cruzaba ese parpadeante cruce con paso apresurado al son de la música que se oía por todas partes, y entraba en ése trabajo que me parecía tan cotidiano y ahora es algo muy, muy lejano; y que volvía por la noche a esa habitación de la que me parecía que no llegaría el día de marcharse.

¿Que pasa después? Que la gente de aquí se te abalanza encima como si fueses una superestrella de televisión, aquella que nunca fuiste y que en realidad nunca serás; y te repiten las mismas preguntas una y otra vez hasta que deseas esconderte en un agujerito hasta que la histeria pase y puedas volver a ese ritmo de vida tan normal, a volver a ser la Nana de siempre en la Badalona de siempre, donde no hay cruces centelleantes, pero sí hay palmeras que ondean al ritmo de las olas, y un sol que nunca parece querer apagarse.

domingo, 24 de agosto de 2008

Problemas tecnicos

Mis adorados lectores:

Os comunico que no actualizo por que me haya muerto, o por que haya abandonado el blog como esa vez hace unos meses. Sere breve: mi ordenador ha muerto.

Os escribo desde casa de una amiga que me ha prestado amablemente su ordenador para poder deciros esto. Y bueno, comunicaros que almenos hasta que vuelva a Espana y repare el PC no habra nana's diary.

Pensad el lado bueno, en cuanto tenga ordenador de nuevo os contare todas las cositas que por ahora voy almacenando en mi cabeza para escribiroslas un dia de estos ^^

Por ahora, triste pero cierto, este es mi ultimo post desde el pais del sol naciente.

Nos vemos de nuevo en otro lugar de este planeta, otro dia, en otras circunstancias.

viernes, 15 de agosto de 2008

Cubo de agua contra incendios

¿Qué haces si hay un incendio en el templo?

No cunda el pánico. Tienes un cubo de agua.


No miento. En el cubo pone "para defensa contra el fuego". Tienen en las esquinas de los templos en Nara cubos con el agua preparada (y sus correspondientes microorganismos, que han criado ya y todo en el agua estancada).

Así que ya sabéis. Si el templo Todaiji, la construcción de madera más grande del mundo empieza a arder, hacéos con cuatro cubitos de agua... y no hay fuego que se resista.

lunes, 11 de agosto de 2008

Fotos: Nara

Ya tocaba que pusiera algun post de mucha foto y poco texto. Ahí van algunas fotos de Nara! Hay mezcladas las mías y las de David, pero podréis distinguir cuáles son cuáles por éstos detalles:

Son las de David: Las que salgo yo + las que son buenas
Son mías: Las sobrantes que no valen un duro XD

Disfrutadlas!


Nota: Están invertidas en orden cronológico. No por nada, es que las he ido colgando en orden y quedan al revés... y ya me ha da'o palo reordenarlas. (¡¡'perrería al podeeeeer!!!)














jueves, 7 de agosto de 2008

Off the shelf

Hoy post cortito, que no tengo gran cosa que contar.

No es nuevo que la competencia en Japón en el marketing es bestial. Hay miles de marcas de un mismo producto, y es la ley de el más fuerte, o el más llamativo, o del que hace mejor publicidad.

He encontrado una web breve pero interesante con fotografías del packaging (envoltorio) de muchos productos cotidianos que se encuentran con facilidad por aquí (yo muchos de ellos los veo diariamente y consumo algunos de ellos). Es un espacio curioso para descubrir un lado más cotidiano de Japón.

La web clicando a la imagen:



He notado al mirar ahora (no me había dado cuenta viéndolo en directo) que la tendencia actual del packaging japonés es muy... ¿Sesentero? No sé. A mí me lo parece.

NOTA: Capítulo 5 en el Gaiden!

lunes, 4 de agosto de 2008

Lo que no nos mata

Mis adorados lectores y lectoras,

Ayer vi morir a una persona.


No sé si será mi gafe innato o es que el destino intenta decirme algo, pero es la segunda vez que veo frente a mis ojos apagarse la llama de la vida, y de la misma forma.
La primera fue cuando rondaba yo los 10 años (no recuerdo si eran 9 o 11, sinceramente). Un verano en un pequeño hotel de Peñíscola. Presencié sin pestañear cómo sacaban del fondo de la piscina a un niño de aproximadamente mi misma edad entonces, cómo intentaban reanimarle sin éxito. Su pequeño cuerpo estaba azulado e hinchado. Cuando le sostenían el brazo, éste caía como el plomo de nuevo contra el suelo.
Y es curioso, creedme, que no recuerdo en absoluto el color de las cortinas de mi habitación de ése hotel. No recuerdo si la cama estaba blanda o dura; no recuerdo el ambiente del comedor, ni siquiera si la habitación tenía televisión o no.
Pero nunca, jamás olvidaré el brillante plateado de la enorme bolsa en que envolvieron aquél inerte cuerpecito frente a mis ojos. No olvidaré jamás el grito de horror de su madre al enterarse de lo ocurrido.

Creo que ése hecho marcó mi vida. Es una de las cosas que más me ha impactado jamás; estuve semanas sin dormir bien, no dejaba de pensar en ello; y por mucho tiempo que pasase, a veces me atacaban pesadillas y remordimientos por no haber sido capaz de hacer nada.

Sin embargo ésta noche he dormido como un angelito, a pesar de que ayer presencié exactamente la misma escena. Fui a la playa con mis amigos, y al oír un grito vi que dos chicas sacaban del agua a un hombre inconsciente ayudándose de un pequeño flotador. En seguida llegaron los vigilantes a intentar reanimarle. Era igual. Exactamente igual. Un equipo entero de personas encima de ése hombre, intentando hacerle recobrar la consciencia inútilmente. El mismo brazo cayendo a plomo sobre el suelo mojado. El mismo color azul de su piel. La misma bolsa plateada.

¿Por qué ésta vez he sido capaz de seguir como si nada hubiera pasado? Fue llevarse a ése pobre hombre, y seguimos divirtiéndonos a la nuestra como antes.
La vida de ése hombre acababa de terminar, un hombre que nació, vivió, se divirtió como yo lo estaba haciendo en ése momento, que posiblemente se habría enamorado, casado; que probablemente tendría hijos y mucha vida por delante. Una vida que acababa de terminar delante de mí, y yo era incapaz de conmoverme. ¿Por qué no me afecta como me afectó hace 8 años atrás?

Sí que es cierto eso de que lo que no nos mata nos hace más fuertes; ¿Pero hasta qué punto es bueno hacerse fuerte? Vemos cada día en las noticias a gente muriéndose de hambre, sufriendo o pidiendo ayuda y ni siquiera pestañeamos, indiferentes.

Yo quería conmoverme. Quería que me afectara. Quería sentir el mismo remordimiento por el hombre de ayer que por el niño de tiempo atrás, pero no pude. ¿Es acaso el hacerse fuerte sinónimo de convertirse en un monstruo? Si el "acostumbrarse" es igual a "volverse insensible", no sé hasta que punto los humanos deberíamos desear aquello de volvernos algo más fuertes que el día anterior.

sábado, 2 de agosto de 2008

Museo Ghibli

Te guste más o menos la animación, una visita obligada a aquél que ponga los pies en Tokyo es el Museo Ghibli de Mitaka.


Tuve la gran suerte de ir hace unas semanas ( y en buena compañía ;) ), y fue una visita muy gratificante.

En un ambiente muy bien conseguido hay desde una sala de proyecciones hasta tiendas de todo tipo de merchandising, pasando por una sala donde hay colgados por todas partes los sketchs que se usaron para hacer las películas... muy bonito, realmente una visita obligada al visitante.

Aquí el scan del plano del museo (veréis que es algo... peculiar. Aconsejo ver la vista en grande de la imagen original).


No dejéis de ir a la cafeteria y pediros el pastel de fresas con nata =D
Tan maravilloso es ése pastel que buscando en el google "Ghibli museum" te sale una foto del susodicho postre:


Con la banderita de Totoro y todo... Link a la web original de la imagen aquí.

No dejan hacer fotos en el interior del museo, así que pocas hay ^^U Podréis ver mas fotos aquí.

Cómo llegar:
Línea JR Chuo Sôbu.
Parada Mitaka.
Coger entonces en la estación el bus especial que te deja en el museo. Y diréis... ¿Qué bus?, pues es fácil de identificar... por esto:

Link a la web de origen de la imagen

¡Y bueno! Poco más que decir, bueno, sí. Que no descansaré hasta que llegue el día en que lleve e mi hermana a éste sitio, que sé que se quedó con las ganas. Aunque no lea mi blog da igual, así me lo recuerdo a mí misma.

martes, 29 de julio de 2008

Pequeño comunicado.

Hoy toca un post sosete y aburrido para anunciar que he colgado en el Gaiden el cuarto capítulo de mi humilde novelita.

Hoy una buena amiga me ha enviado un mail diciéndome que se la está leyendo y que admiraba que tuviese valor de colgarla, que no me diese vergüenza a pesar de que una novela es algo muy íntimo que sale de uno mismo...

Claro que me da mi cortecillo, no soy de piedra, pero me encanta creer que sin valor no se consigue nada, y quiero seguir esforzándome a escribir todo lo bien que pueda para conseguir que vosotros me concedáis en inmenso e impagable honor de leerme.

Sinceramente, me sorprendió mucho, muchísimo, el éxito que ha tenido la mini-historieta autobiográfica de "Lo que nunca seré". Cuando la colgué pensé que me había quedado un poco demasiado larga y que a los lectores os daría palo leer, que apenas habría comentarios... Pero no sabéis lo que me alegró que no fuese así. Mucha gente incluso me ha enviado mails comentándome su positiva opinión sobre ésa pequeña narración, y la verdad es que me ha hecho muy, muy feliz.

Animo a todos los que sonreísteis aunque fuese un poquito con "Lo que nunca seré" a leerse mi humilde novelita, pues no es corta ni mucho menos, y comprendo que de palo... Pero sería para mí un honor contar con vuestro apoyo, incluso más de con el que cuento ahora, que no puedo ni mucho menos quejarme ;)

En pocas palabras y resumiendo, que os quiero y os adoro. Punto.

lunes, 28 de julio de 2008

Granizado de vinagre de manzana

Ayer fue un día productivo, aún no se como en un solo día se pueden hacer tantas cosas.

- Me levanté a la hora de las gallinas
- Hice las tareas, ya se sabe, colada, preparar el desayuno, tender la ropa, limpiar un poco mi pocilga, vestirme, peinarme...
- Reunirme con mis compañeros de residencia en el Hall del edificio e irnos a la playa.
- Ir a la playa de Kamakura, que está en el culo del mundo (1 hora y pico en tren)
- Pasar la mañana ahí
- Ir a comer
- Volver a la playa
- Achicharrarme
- Buscar un puesto con duchas para poderme ir visible a trabajar
- Encontrarlo
- Ducharme
- Volver a Tokyo
- Irme a trabajar y llegar a tiempo y todo.
- Salir del curro e irme a cenar con una amiga.

A veces tengo la sensación de que el tiempo se para para mí cuando me conviene xD

El caso es que entre el "Ducharme" y "Volver a Tokyo" pasé por una tienda 24 horas donde vendían algo parecido a granizados. Vi uno que tenía dibujada una manzanita en la pegatina de la máquina y dije... ahí que voy.

Pero al empezar a beberlo me dí cuenta de que no era manzana, sino... vinagre de manzana. Vamos, como si coges el vinagre, lo congelas, lo picas y te lo bebes felizmente.

Desde que vine aquí he aprendido a no hacerle ascos a muchas cosas (aunque siga sin poder con el wasabi y el nattou), así que con todo mi valor me bebí el granizado de vinagre de manzana de 100 yens (60 céntimos) enterito. Que a ver, a mí que me gusta el vinagre... pude soportarlo, pero desde luego no es lo mismo tomarlo con una ensalada que en granizado.
Lo malo no fue el momento, sinó el después... Eso de que durante horas y horas todo te sabe a vinagre.
Fue algo desagradable irme a trabajar roja como una gamba, con la espalda escociendo y la boca con sabor a vinagre. El caso y moraleja... si véis en japon un puesto de granizado de manzana... preguntad primero si es manzana de verdad XD


Aquí el objeto del crimen.