martes, 15 de marzo de 2011

日本

Desde que tuve que dejarte y hasta el glorioso momento en que pueda volver a verte, siempre has estado y estarás en mi memoria.

Recuerdo cada uno de tus rincones, todos tus encantos, las mil y una veces que soñé que no tenía que despedirme de ti. Tu recuerdo es tan vívido, está tan presente, que incluso las cosas que ya cesaron de existir en realidad siguen inmortales en mi mente.

No podría contar ni en cien años todo que me enamoró de ti. No obsante, si en estos momentos tuviese que elegir un motivo, ese sería sin duda tu fortaleza, tu calma, tu instinto de superación.

De ti aprendí tantas cosas... Tú me enseñaste a no rendirme nunca, a seguir adelante. Tú me inspiraste a levantarme sin importar cuán duro fuese el golpe, a dejar atrás lo que nos hace daño, lo injusto y lo carente de valor para renacer de nuevo.

Es por eso, Japón, que en estos días que se muestra tu lado más devastado y aterrorizado, yo quiero recordarte como siempre. No quiero escombros ni barro, quiero tu cielo azul, el verde intenso de tus árboles y el silencio rectilíneo de tus calles.


Saldrás de esta, ya lo creo. ¡Si me llenaste de la fuerza que rebosabas! ¿Cómo no vas a tener suficiente para levantarte?

Te diría que mi alma está contigo, pero eso ya lo sabes. Siempre ha sido así.

頑張れ、日本。