martes, 4 de noviembre de 2008

Pregaria

Hoy es un día bastante especial, de eso no hay duda.

Hasta ahora me he dedicado a dejar bastante al margen de este blog mis ideas políticas (que no las personales), pero hoy voy a descubrirme; voy a mojarme un poco. Esto me recuerda a una conversación que tuve con una buena amiga un día que bromeábamos en mi cocina mientras comíamos tostadas con jamón. Me dijo algo parecido a "una escritora, o aspirante a ella, que se precie... debe tener una ideología política y ser algo comprometida". Aquél día nos reímos del hecho y comenzamos a decir tonterías al respecto, pero detrás de la broma había algo de verdad, y es que creo que los "desinteresados" o los que "votan en blanco" bien poco hacen por un país.

Pues bien, os comunicaré, os guste el resultado o no, que soy un ser dedicadamente de izquierdas, progresista y "rojo" como la sangre. Y hoy es sin duda un día de esperanza para nosotros.

Aunque el sentido de "rojo" se queda algo alterado si hablamos de Estados Unidos, pues ahí los tintes van al revés del mundo, pero bueno. No soy americana (ni tampoco me apena la idea de no serlo), por lo que no puedo votar el día de hoy, pero me veo anímicamente obligada a expresar mi apoyo por aquél hombre que se ha ganado mi fe y confianza: Obama. Y diréis... "por si no me encontraba ese nombre hasta en la sopa, ahora va Nana y se pone a hablar del tema." Pues... sí, no hay más que decir. Sin excusas.

Llevaba tiempo viendo cómo el mundo no era más que una repetición consecutiva de los mismos hechos. Las mismas noticias en el periódico y los mismos problemas por todas partes. Una crisis mundial encima, y la gente con la moral por los suelos.

No me malinterpretéis, no creo en los héroes ni en los mesías (al menos en el mundo real, dejadme soñar), pero sí creo en el cambio, en que las cosas pueden hacerse mejor. El hombre que he nombrado anteriormente me ha hecho dar un respingo del asiento; me ha hecho pensar... "Eh, quizá todo no tiene por qué ser tal y como es ahora, quizá haya algo más, quizá puedan hacerse las cosas de una manera distinta". Y me ha hecho tener fe en el cambio. Espero y deseo (no diré por Dios, pues me confieso también atea) que esta madrugada pueda sonreír al ver el resultado de las urnas.

Así pues, mi post de hoy no es informativo, ni creativo, ni ilustrativo... Es un grito de esperanza, un llamamiento y una petición de cambio. Quiero ver las cosas con otros ojos, quiero ver a ése hombre hacer por fin algo positivo, quiero creer que puede hacerse. Y creo que no soy la única, hoy he visto en el periódico la fotografía de una mujer de etnia negra llorando a lágrima viva con una imagen del candidato demócrata a sus espaldas. No creo que esa mujer llorase ni de alegría ni de pena; pienso que lloraba de emoción. Creo que esas lágrimas surgieron en el momento en que proyectó en su mente cómo podría cambiar su vida si su candidato saliera elegido, cuán distinto sería todo para ella; y yo también quiero pensar que será así.

No hay nada asegurado, pero desde aquí, en mi humilde asiento de mi modesta casita en la pequeña Badalona, quiero expresar mi apoyo y mi fe. Sí, quizá me meta en la boca del lobo hablando de política en un blog anecdótico como este, pero me lo pedía el cuerpo, y ya sabéis que soy una persona de impulsos.