jueves, 29 de enero de 2009

Compromiso

Si hay una palabra que esté harta de oír por todas partes últimamente, es esta:

Crisis.

Y es que parece que ya, a estas alturas, tendría que tener esta definición en el diccionario:

crisis.

(Del lat. crisis, y este del gr. κρίσις).

1. f. Palabra que se usa como parche-excusa para realizar cualquier acto aberrante y denunciable contra el trabajador para el supuesto favor de la economía de una empresa.


Con su antónimo, por supuesto:

anticrisis.

1. f. Palabra clave en toda estrategia comercial para atraer al cliente y repelar así sus bolsillos con precios supuestamente muy reducidos con respecto al precio original del producto (que no el precio merecido, para eso consultese la acepción precio justo).



Y diréis... ¿Nana, qué te ha entrado?

Es que estoy harta de oír por todas partes "XXX empresa va a despedir a 2000 trabajadores por la crisis", como apología a la primera acepción, o bien "ofertas anticrisis", haciendo honor a la segunda definición de mi inventado diccionario.

¿Qué está pasando? Si todos sabíamos que esto iba a rebentar, todos nos lo olíamos, venga ya. No me digáis que, cuando ibais a un bar y un día os cobraban 2,50 euros por un café para al día siguiente cobraros 2,65, no pensábais... "esto algún día rebentará, porque la gente, simplemente, dejará de comprarlo".
Pues mira, por si no se dice que no sabemos caernos de bruces con los obstáculos que veníamos viendo desde kilómetros atrás.
Pero lo gracioso es que los españoles lo estamos haciendo, dentro de lo mal, con especial torpeza. Hoy he hablado con una amiga japonesa, y le he preguntado cómo se lleva la situación en el sol naciente, y su respuesta ha sido esta:

"Es complicado, porque en Japón, los universitarios suelen comprometerse a entrar en una empresa desde incluso antes de graduarse, y dedican todo su esfuerzo a eso, como con una especie de compromiso empresarial. No obstante, ahora se topan con que, al salir de la universidad, la compañía que les había prometido un puesto de trabajo no puede contratarles, y se ven totalmente perdidos, porque todo lo que habían hecho hasta el momento se había centrado en formarse para ser una especie de "trabajador ideal" para esa empresa. Es una situación especialmente dura para los recién graduados".

Y allí empezó mi estado de perplejidad.

"¿Y no despiden a nadie?"

"No, las empresas se han comprometido a no dejar a ningún japonés ya empleado en la calle para no empeorar las cosas y no arruinar a sus familias. Cuando un hombre japonés de mediana edad pierde su empleo... le cuesta demasiado, o le resulta casi imposible, encontrar un trabajo nuevo".

Y sí, me saldréis con eso de que "Vale, pero luego las empresas japonesas despiden a trabajadores de otros países donde también tienen sedes". Ya, pero... ¿Y si todos los países hicieran lo mismo?
¿Se hundiría la economía porque las compañías no podrían pagar a sus empleados? ¿O la gente tendría seguridad, continuaría con su vida habitual, y la situación se estabilizaría más rápido? Pensadlo un poquito.

No creo que a ninguna multinacional le venga la ruina de pagar 1000 sueldos de miseria de más.

¿Dónde han quedado los principios básicos de la humanidad?

Sólo espero que este batacazo nos cambie a todos. Nuestra forma de percibir el mundo tiene que cambiar mucho, no obstante, para que lleguemos a dejar de desear dinero y poder por encima de todas las cosas. Y mirad que soy optimista, pero hasta a mí me cuesta creer que eso pueda llegar a pasar.

Simplemente, estamos demasiado podridos.