domingo, 26 de abril de 2009

Juliet y su teoría del sueño cumplido

El día que conocí a Juliet prometía ser uno de esos tan normales, tan monótonos que rozan lo indignante. Estaba yo trabajando en mi pequeño restaurante en Shibuya...

- ¿Dónde va esto? - tomo los platos y pregunto al cocinero, Hasebe Jun. Un gran hombre metido en un cuerpo alarmantemente pequeño.
- A la cincuenta y dos... el grupo de mujeres de las risotadas- responde.

"El grupo de mujeres de las risotadas". Bueno, sí era cierto que había allí un grupo de cinco o seis mujeres de mediana edad que parecían estar pasándolo en grande...

- Sopa de calabaza...- murmuro sin esperanza alguna de ser escuchada.
- Oh, sí, espera... no sé. ¿De quién es esto?- dice una sin mirarme. De repente se tornó para contemplar el plato que yo cargaba entre manos, supuse que con la esperanza de que al observarlo recordase de repente quién lo había pedido.
Pero, tras mirar al plato, su mirada se desvió a mi rostro.
- ¡Ahi va! ¿Una gaijin-san?
Solté mi risa incómoda.
- Ehh... sí, bueno... - El plato quemaba, quería soltarlo ya.
- ¡Vaya, qué graciosa! Yo me llamo Ayako, pero todos me llaman Juliet...

Comenzó a contarme que nació en Okinawa, pero que trabajaba en Tokio para una agencia de publicidad. Me habló de sus hijos, de su familia, de sus viajes... hasta que la sopa en mis manos se enfrió. Parecía una mujer cargada de energía, con ganas de conocer a todo el mundo que se le pusiera por delante.

- Me has caído bien, Nana - me dijo finalmente tras nuestra larga conversación.- Eres la primera gaijin que conozco personalmente en Tokio, y eso me hace mucha ilusión. Vendré otro día a comer aquí y a ver si te dejan sentarte a hablar conmigo.

Sinceramente, nunca esperé que lo hiciese de verdad. Tokio es mundialmente conocida por ser la ciudad de la promesa incumplida, la ciudad del "ya quedaremos" o del "volveré" que nunca se da en la realidad.

Pero volvió. Volvió Juliet unos días más tarde, y mi adorado encargado me dejó sentarme junto a ella un rato.

Tras unos minutos de conversación, salió el tema de los sueños de futuro. Ella parecía ser una persona de las que ha visto mundo, pues a cada tema le añadía un color distinto, un foco desde el que yo nunca antes había visto las cosas.

- ¿Qué quieres hacer?- preguntó.
- Pues... voy para traductora, pero me apasiona escribir.
Removió el té con la cuchara.
- ¿Te gusta escribir?
- Mucho.
- ¿Y sabe el mundo que te gusta escribir?

Me chocó un poco la pregunta. No era la clase de desarrollo que la gente solía hacer del tema cuando lo comentaba.

- Bueno... tengo un blog, y de vez en cuando escribo algo.
Se puso un poco más seria.
- ¿Gritas al mundo y a los cuatro vientos que quieres escribir? ¿Dices a todo aquel que conoces que ese es tu sueño? ¿Admites sin reparo alguno que es ese tu objetivo?
Me costó un poco responder.
- No... bueno, no sé. Lo digo, pero pongamos que no lo grito...
- Pues grítalo- asintió con la cabeza. - Verás...- sacó un boli y un papel de su enorme bolso y los posó sobre la mesa. Dibujó esto:


- ¿Qué significa este kanji? - me preguntó.
- Boca- respondo intrigada.
Dibujó este otro a continuación:

- ¿Y éste?
- Diez... - no entendía nada.
- Bien, pues ahora dime qué significa este otro:

Parpadeé con sorpresa antes de responder. Comenzaba a entenderlo.
- Kanau... cumplirse un sueño.
- ¡Ajá! Diez y boca... cumplirse. Si lo dices diez veces, el sueño se cumplirá.

Sonreí con satisfacción al notar el mensaje que me acababa de enviar, el regalo de por vida que acababa de hacerme.

- Grita a los cuatro vientos los sueños de tu vida. Sólo así la gente sabrá de ellos, y sólo así podrán cumplirse- sentenció, y su sonrisa, junto a la nota que dejó sobre la mesa... son dos cosas que jamás olvidaré.

12 comentarios:

Artema Books dijo...

:)

Bär dijo...

me llegas, y lo sabes.


:**

Kamugo dijo...

Qué simpática, y eso que sólo te acababa de conocer.

¿La viste algún día más?

Viktor dijo...

Me l'hai già detto una volta, ma io non penso lo stesso modo.

Perchè un sogno diventi realtà devi solo convincerti a te stesso.

Escrivo en italiano, porque como tampoco te lo vas a leer... me siento más cómodo así haha

Sidel dijo...

Si es que no hay que perder la fe en las personas, me digo a mi misma, por que cuando estoy asqueada de la gente leo tu historia y recupero la fe, existen personas especiales....besos.

Nana dijo...

Jo, me vais a hacer llorar :')

Víctor, mi ingrato compañero de universidad... XD leo todos los comentarios. ¡Tú y tu siempre candente gusto por provocar!

Kamugo dijo...

Siempre estamos aquí, somos tus incondicionales XD
Te queremos Nana! jajajaj

Unknown dijo...

Qué buena!
No sabía lo de esos kanji, pero ahora tendré que aprovechar para aprenderlo. ¡Con esta historia no se me olvidarán!

calcetinrayado dijo...

Vaya historia! Increíble... ¿por qué tendremos tanto "miedo" a gritas nuestros sueños? ¿De qué tenemos miedo realmente? ¿De no poder cumplirlos..? Todo hay que intentarlo...

Sidel dijo...

Hola Nana, no tiene nada que ver con esta entrada pero quería decirte que ya me he terminado Molinos de Viento y me ha gustado mucho, ha sido divertido, futurista y con acción. Me pregunto si estos no seran los otros Kramer jajaja. Espero con impaciencia a Eira, Kid y los demás. Besos. Tu ya eres escritora...

Unknown dijo...

Gracias por compartirlo...

Anónimo dijo...

Historia curiosa donde las haya, y sobre todo las diez bocas...Otra buena experiencia tuya, y otro kanji que recordar^^

Nos vemos!