Tuve que dejar en el suelo la carpeta, el bolso y la chaqueta para disponer de mis dos manos para lograr abrir la encarcarada puerta de mi casa, a cuya cerradura, últimamente, le falta algo de engrase. Logré entrar.
- Hooool.... ¿a?
No había nadie. Dejé todos mis trastos sobre la mesa del comedor y, resignada, me dispuse a preparar la comida. Al cabo de pocos minutos llega mi hermana. ¡Mi hermana! Que ni siquiera vive en casa. Ni se me ocurrió plantearme por qué aparecía por allí a esas horas del medidodía.
- ¡Buenas! ¿No está la mama? - me preguntó al entrar por la puerta. Llevaba una bolsa grande de papel con el logo de su trabajo. Sus ojos, algo pequeños ya por naturaleza, se veían cansados y extrañamente faltos de maquillaje. No hice preguntas.
- No, no sé adónde puede haber ido. Supongo que estará en el supermercado...
- Bueno, pues la espero... que quiero hablar con ella. Así me quedo a comer...- Sonríe. - ¿Qué tal tu día?
- Buf, ¡buuuuuf! Bufff... no me preguntes, que vaya tela...- Digo entrando de nuevo en la cocina, siguiéndome ella en busca de algo que llevarse a la boca.
- ¿Ha pasado algo?
- Bueno... primero que el profe de inglés se me ha escalabrado por las escaleras, y otro compañero y yo, que éramos los únicos presentes, hemos tenido que atender el tajo sangrante que se ha hecho en la ceja hasta que se lo han llevado al hospital... y luego ir a dar la noticia de que se cancelaba la clase a todo el grupo. Una maravilla. Encima los compañeros me decían "Ala... le has visto caerse... ¿y no te has reído? yo me habría partido el pecho". Ya, bueno... sería para partirse el pecho si no fuese porque el hombre casi se parte la crisma.
- Vaya tela, ¿pero cómo se ha caído?
- Pues... es que, como el edificio es nuevo, hay una especie de capa de polvillo blanco de obra por todo el suelo que nadie se ha molestado en quitar todavía, y la facultad es una pista de patinaje. Si, precisamente, además hoy era la ceremonia de inauguración...
- ¿Del campus?
- Sí, si ha venido el presidente de la Generalitat, el alcalde de Barcelona y el rector de la universidad... bueno, han liado una parafernalia mayúscula, con un vermut para todos los presentes, etcétera... yo me he quedado por los canapés...
- ¿Y cómo ha ido?
- Mal, porque han aparecido de la nada un grupo de hippies-perroflautas cargados de pancartas y se han puesto a boicotear la ceremonia y a abuchear a los presentes hasta que han tenido que marcharse protegidos por la policía, y la ceremonia ha quedado cancelada.
- ¡Qué dices! ¿Son esos de anti-Bolonia?
- Cómo no. La gracia es que ni siquiera eran de nuestra universidad, no sé qué pintaban allí... pero no sé qué pretenden haciendo esto.
- Ya... la verdad es que revindican mucho, sentándose en medio de la carretera, abucheando a la gente... y luego, si hacen reuniones, asambleas y cosas por el estilo... ni siquiera se presentan o no ponen interés alguno. Yo creo que, simplemente, les divierte hacer eso.
- No lo sé... lo cierto es que yo, desde este año, ya estudio con el plan de Bolonia... y no le veo nada de negativo. He pagado exactamente lo mismo por la matrícula que los demás años, las clases son mucho más llevaderas, pero con el mismo material... y el título tiene validez europea. Vamos, que no sé de qué hablan de privatización de la enseñanza...
- ¿Y no sería por el campus?
- Decían que la universidad se había vendido, o no sé qué... y todo eso porque tienen un edificio en el que comparten las instalaciones con la empresa del edificio de al lado... vamos, muchas ganas de reivindicar y poca idea.
- Habría que intentar poner a alguno de esos en un ayuntamiento, y que viese lo que son las cosas...
- No sé, sólo sé que... si vas a reivindicar algo, hazlo con respeto por los demás. Quiero decir... si no les parece bien, ¡que lo hablen! Pero que no se pongan a parar el tráfico, y hagan faltar al trabajo a gente que no tiene la culpa... o que boicoteen inauguraciones que ni siquiera son de su universidad, ni de su incumbencia. Ya no hablemos de las manifestaciones... y de que impidan a sus compañeros ir a clase si así lo quieren. Como si hacer huelga fuese obligatorio para todos...
- Lo que veo yo que hay es bastante falta de información.
- Y una pérdida de foco terrible.
- Ya, pero eso aplícaselo a todo el mundo. Piensa en ETA, que pone un coche bomba y se carga a dos guardias urbanos que no tienen culpa de nada. La gente suele perder el objetivo rápido. Simplemente, pasan a querer hacerse oír a toda costa, aunque no consigan nada.
- Qué bien vamos... y a todo esto añádele cómo van las cosas en general. Y yo, por mi parte, me he quedado sin canapés...- Fingí un gesto de indignación, aunque mi hambre me decía que debía estar algo más molesta de lo que en realidad estaba.
- No, si que las cosas van mal... dímelo a mí.
- ¿Por qué?- Pregunté sin mirarla mientras buscaba en la nevera. Se sentó en la mesa de la cocina con las piernas cruzadas y, con la mirada perdida, pronunció:
- Me han echado del curro.
Di un respingo.
- ¿Qué? ¡No jodas!
- Bueno, ya lo sabía... este mes les debían un cobro de 25.000 euros que no les ha llegado... y bueno, simplemente no podían pagarme.
- ¿Pero 25.000 euros de qué?- Casi exclamé.
- Pues... no de ellos, sino del cliente, que tampoco tiene pasta y no podía pagar. Pero ellos sí que tienen que pagar al proveedor... bueno, un follón. He venido para decírselo a la mama. ¿No te sorprendía verme por aquí a estas horas?
- Bueno... no... no sé-. Me encogí de hombros. - Pues vaya berrinche que se va a llevar... después de que echasen a la Bea de nuestro curro... ahora a ver cuanto tardan en deshacerse de mí también.
- Esperemos que no haga falta... pero vete a saber.
- Menudo día llevo...
- ¡Y espera, que sólo son las dos y media del mediodía!
martes, 17 de febrero de 2009
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