Me he quedado perpleja al ver un aviso de correos que decía que había un paquete para mí.
"Será algo de Japón..." he sospechado, pero esa teoría ha quedado descartada al decir la nota (únicamente) que el envío venía desde Barcelona.
Al tenerlo al fin en mis manos... he sonreído al ver el remitente.
"¡Maestro!" he pensado. Ya os he hablado alguna vez de él... ese hombre que me dió el empujón definitivo que me lanzó a convertirme en lo que soy ahora, una de las personas que me ha enseñado más en la vida... Ese que me dijo "Yo sé que a Japón, más que ir a encontrar algo... has ido a encontrarte a ti misma". Os pondré aquí la cita de lo que comenté de él en este blog hace ya meses:
El día que le confesé sin previo aviso que tenía intención de venir aquí, esperaba, como de todo ser humano al que le había dicho eso, que me deseara suerte o me preguntara sobre mis intenciones, incluso que se sorprendiera y empezara a hacer preguntas de cualquier tipo.
Sin embargo se quedó callado unos segundos, se rascó la barbilla, y me miró diciendo:
Me parece bien, pero recuerda, no vayas como una turista, sino como una viajera.
Sin embargo se quedó callado unos segundos, se rascó la barbilla, y me miró diciendo:
Me parece bien, pero recuerda, no vayas como una turista, sino como una viajera.
El paquete era un libro, un libro suyo. Ha salido de su mente y, pese a tanto tiempo sin verle, se ha acordado de mí y me lo ha hecho llegar. ¡Tengo tantas cosas que contarle! No puedo esperar a volver a verle para decirle que hoy las letras son también mi vida.
El libro venía dedicado.
No me quedan palabras... ¿Tenéis vosotros un gran maestro? ¿Una de esas personas sin cuya aparición en vuestras vidas no habríais llegado a ser lo que sois?
El libro venía dedicado.
"Para las dos Marta Narváez (La inteligente y la otra, más importante). Con el afecto de este ex-profesor".
No me quedan palabras... ¿Tenéis vosotros un gran maestro? ¿Una de esas personas sin cuya aparición en vuestras vidas no habríais llegado a ser lo que sois?