Ahora sí que sí, traslado oficial a nuevo servidor, con nueva apariencia y nuevas secciones :D
http://rinkai.llima.net/
En estos momentos hay publicado una especie de "post de bienvenida", pero en las próximas horas tendréis una entrada nueva como Dios manda.
¡Nos vemos de nuevo allí!
sábado, 8 de octubre de 2011
domingo, 2 de octubre de 2011
Uchinaa ウチナー
Así es como llaman los isleños a este lugar.
¿Por dónde empiezo? ¿Por las maletas?
No sé si es una gran idea presentarme oficialmente con las greñas de estar por "casa" (entiéndase hotel), pero... ¡Voy a echar tanto de menos ese yukata!
Bueno, no tengo palabras para describir Okinawa. Es un lugar donde, cuando llegas, una barca tradicional te hace compañía en el aeropuerto mientras esperas las maletas:
Y donde la señal parpadeante de tu vuelo no es un puntito, sino una flor que se apaga y se enciende:
Okinawa es un lugar donde la gente, cuando te conoce, te lleva en coche de vuelta a casa y te invita a su casa. Es un sitio donde se llega tarde, se madruga poco y se llevan sandalias hasta finales de noviembre y a partir de febrero. Donde dejas la puerta de casa abierta. Okinawa es un lugar donde no te da la sensación de tener ese "muro" que envuelve a los japoneses. Porque no son japoneses, al fin y al cabo. Ellos no se consideran como tales.
En Okinawa los isleños se refieren a su isla isla como ウチナー Uchinaa, y ellos mismos, que en japonés serían 沖縄人 Okinawajin (Okinawenses), se llaman ウチナーンチュ Uchinaanchu. Entonces, diálogos como estos son muy habituales:
Quena: ¿Has conocido ya al responsable de la residencia de extranjeros?
Yo: Nope, no le he visto nunca. ¿Por qué?
Quena: Porque está como un quesito.
Yo: ¿Sí? ¿Y de dónde es? Si es japonés no creo que estuviese en la residencia de extranjeros.
Quena: No, no es japonés. ¡Es Uchinaanchu!
Nota: Quena es japonesa. Tiene un nombre curioso, ¿verdad? Se escribe ケーナ(Keena). Es bastante habitual encontrar por aquí a nativos con apellidos japoneses pero nombres poco habituales (como Emily Takaesu, la chica que me han "asignado" para que me ayude si necesito algo). En general todo aquí es un popurrí muy curioso entre lo autóctono, lo no-tan-japonés y lo americano.
Estas son las palmeritas que hay POR TODAS PARTES. En los bordes de las carreteras, sueltas por ahí... En esta isla crecen flores de colores de cualquier grieta en el suelo, de cualquier bordillo. En general es un sitio muy agradable, con su toque japonés, pero a su manera. Hay tanto pescado en el mercado que no había viso nunca antes y tantas frutas y verduras desconocidas que he decidido crear unas entradas sólo para eso. Cada vez que pruebe algo nuevo le haré fotos y os explicaré a qué sabe o cómo se cocina.
No me enrollo más, que podría estarme horas y tengo que guardarme cosas para los próximos posts :P
¿Por dónde empiezo? ¿Por las maletas?
No sé si es una gran idea presentarme oficialmente con las greñas de estar por "casa" (entiéndase hotel), pero... ¡Voy a echar tanto de menos ese yukata!
Bueno, no tengo palabras para describir Okinawa. Es un lugar donde, cuando llegas, una barca tradicional te hace compañía en el aeropuerto mientras esperas las maletas:
Y donde la señal parpadeante de tu vuelo no es un puntito, sino una flor que se apaga y se enciende:
Okinawa es un lugar donde la gente, cuando te conoce, te lleva en coche de vuelta a casa y te invita a su casa. Es un sitio donde se llega tarde, se madruga poco y se llevan sandalias hasta finales de noviembre y a partir de febrero. Donde dejas la puerta de casa abierta. Okinawa es un lugar donde no te da la sensación de tener ese "muro" que envuelve a los japoneses. Porque no son japoneses, al fin y al cabo. Ellos no se consideran como tales.
En Okinawa los isleños se refieren a su isla isla como ウチナー Uchinaa, y ellos mismos, que en japonés serían 沖縄人 Okinawajin (Okinawenses), se llaman ウチナーンチュ Uchinaanchu. Entonces, diálogos como estos son muy habituales:
Quena: ¿Has conocido ya al responsable de la residencia de extranjeros?
Yo: Nope, no le he visto nunca. ¿Por qué?
Quena: Porque está como un quesito.
Yo: ¿Sí? ¿Y de dónde es? Si es japonés no creo que estuviese en la residencia de extranjeros.
Quena: No, no es japonés. ¡Es Uchinaanchu!
Nota: Quena es japonesa. Tiene un nombre curioso, ¿verdad? Se escribe ケーナ(Keena). Es bastante habitual encontrar por aquí a nativos con apellidos japoneses pero nombres poco habituales (como Emily Takaesu, la chica que me han "asignado" para que me ayude si necesito algo). En general todo aquí es un popurrí muy curioso entre lo autóctono, lo no-tan-japonés y lo americano.
Estas son las palmeritas que hay POR TODAS PARTES. En los bordes de las carreteras, sueltas por ahí... En esta isla crecen flores de colores de cualquier grieta en el suelo, de cualquier bordillo. En general es un sitio muy agradable, con su toque japonés, pero a su manera. Hay tanto pescado en el mercado que no había viso nunca antes y tantas frutas y verduras desconocidas que he decidido crear unas entradas sólo para eso. Cada vez que pruebe algo nuevo le haré fotos y os explicaré a qué sabe o cómo se cocina.
No me enrollo más, que podría estarme horas y tengo que guardarme cosas para los próximos posts :P
jueves, 29 de septiembre de 2011
Una semanita
¡Bueno! Hoy hace una semanita que llegué aquí, y mucho ha cambiado.
Ya estoy en Okinawa, pero me reservo las explicaciones/fotos para más adelante, y así mantengo la emoción :)
Os hablaré un poco de mis días en Tokio.
Como ya dije, al estar bajo los efectos del somnífero, mi último recuerdo es subir al avión, conversar un poco con el hombre de al lado y caer dormida. Por narices tuve que bajar del avión, recoger mis maletas, pasar por inmigración para que me pusieran el sello y demás, coger el tren hasta Ueno, ir a mi hotel, hacer el check-in y llegar a mi habitación. Pues bien, todo esto está totalmente borrado de mi memoria. No sé cómo lo hice, ni cómo llegué, ni nada. No me acuerdo de absolutamente nada. Cuando me iba del hotel este martes con todos los maletones, tuve esta conversación con la recepcionista:
- Oye, ¿por dónde tomo el ascensor para subir al puente que cruza la autopista?
- ¿Eh? Pero... ¿No lo usaste al venir?
- Esto... bueno... supongo que sí. Verás... *le explico la historia*
- ¡Anda! ya decía yo que la cara que trajiste al llegar no era muy normal.
- ¿Qué cara tenía?
- No sé, como la de un autómata. ¡Lo fuerte es que hablabas en japonés!
Y así fue la cosa. ¡Bueno, ahora sé que puedo coger trenes y buscar hoteles en Tokio en modo sonámbulo! Tengo una prueba de que esas horas existieron:
Ya estoy en Okinawa, pero me reservo las explicaciones/fotos para más adelante, y así mantengo la emoción :)
Os hablaré un poco de mis días en Tokio.
Como ya dije, al estar bajo los efectos del somnífero, mi último recuerdo es subir al avión, conversar un poco con el hombre de al lado y caer dormida. Por narices tuve que bajar del avión, recoger mis maletas, pasar por inmigración para que me pusieran el sello y demás, coger el tren hasta Ueno, ir a mi hotel, hacer el check-in y llegar a mi habitación. Pues bien, todo esto está totalmente borrado de mi memoria. No sé cómo lo hice, ni cómo llegué, ni nada. No me acuerdo de absolutamente nada. Cuando me iba del hotel este martes con todos los maletones, tuve esta conversación con la recepcionista:
- Oye, ¿por dónde tomo el ascensor para subir al puente que cruza la autopista?
- ¿Eh? Pero... ¿No lo usaste al venir?
- Esto... bueno... supongo que sí. Verás... *le explico la historia*
- ¡Anda! ya decía yo que la cara que trajiste al llegar no era muy normal.
- ¿Qué cara tenía?
- No sé, como la de un autómata. ¡Lo fuerte es que hablabas en japonés!
Y así fue la cosa. ¡Bueno, ahora sé que puedo coger trenes y buscar hoteles en Tokio en modo sonámbulo! Tengo una prueba de que esas horas existieron:
Eso de ahí encima es el ticket del Keisei Skyliner, el tren que conecta el aeropuerto de Narita con Ueno. No recuerdo haberlo cogido, ni recuerdo haber hecho esa foto. ¿No es espeluznante?
Bueno, miremos el lado divertido. Cuando me pregunten cómo llegué a Japón, sólo diré: "No sé, cuando me desperté ya estaba aquí".
Pasemos a otros temas. Me he dado cuenta de que la crisis en Tokio se ha notado de un modo bastante especial. En general, el efecto más inmediato es que muchos comercios pequeños han desaparecido, dando paso a franquicias llevadas por grandes multinacionales. Si os digo que han abierto (otro) Zara en Shibuya, y que este está justo enfrente de un Bershka de 5 plantas, ¿os lo creeríais?
Os pongo algunas foticos que he ido tomando estos días:
Bueno, miremos el lado divertido. Cuando me pregunten cómo llegué a Japón, sólo diré: "No sé, cuando me desperté ya estaba aquí".
Pasemos a otros temas. Me he dado cuenta de que la crisis en Tokio se ha notado de un modo bastante especial. En general, el efecto más inmediato es que muchos comercios pequeños han desaparecido, dando paso a franquicias llevadas por grandes multinacionales. Si os digo que han abierto (otro) Zara en Shibuya, y que este está justo enfrente de un Bershka de 5 plantas, ¿os lo creeríais?
Os pongo algunas foticos que he ido tomando estos días:
Estación de Ueno
¡Hachiko! Y la niña escaladora
Kamakura. El año anterior no había visitado esta ciudad (Ni el famoso buda), o sea que ya tocaba. Haré una entrada específica de ese día :)
Helados de mentirijilla
¡Totoro! <3
Enoshima
Perro lazarillo
¡Hachiko! Y la niña escaladora
Kamakura. El año anterior no había visitado esta ciudad (Ni el famoso buda), o sea que ya tocaba. Haré una entrada específica de ese día :)
Helados de mentirijilla
¡Totoro! <3
Enoshima
Perro lazarillo
Ya estoy bastante más instalada, me he comprado el adaptador de corriente y toda la pesca... O sea que espero que mañana pueda poner más cositas :)
viernes, 23 de septiembre de 2011
Tokio
Mi segundo día en Tokio. El primero fue terrible, pues cuando me llegó la hora de aterrizar aún estaba bajo los efectos de las pastillas para dormir e iba tan, pero tan sumamente zombi, que ni siquiera recuerdo el momento de subirme al tren para ir a Ueno (¡¡¡¡¡¡¡¡!!!!!!! ) Tengo lagunas de memoria importantes... jajajaja
Llegué al hotel como un espectro, lancé mis maletas sobre la cama, me fui a cenar un Ramen a la esquinita, volví a mi habitación y me puse a dormir como una campeona.
Hoy me he levantado con planes de ver a un par de amigos que rondan por la ciudad, pero antes he pasado a hacer algunas compras y demás... A ver qué tal se presenta el día.
No cuelgo fotos aún, que estoy de pasada en el hotel (y tengo que buscar los cables de la cámara entre las maletas.... AAARGHHH). Pero estoy viva, sanota, y Tokio ha cambiado más bien poco desde la última vez :P
Un besoteee
Llegué al hotel como un espectro, lancé mis maletas sobre la cama, me fui a cenar un Ramen a la esquinita, volví a mi habitación y me puse a dormir como una campeona.
Hoy me he levantado con planes de ver a un par de amigos que rondan por la ciudad, pero antes he pasado a hacer algunas compras y demás... A ver qué tal se presenta el día.
No cuelgo fotos aún, que estoy de pasada en el hotel (y tengo que buscar los cables de la cámara entre las maletas.... AAARGHHH). Pero estoy viva, sanota, y Tokio ha cambiado más bien poco desde la última vez :P
Un besoteee
miércoles, 21 de septiembre de 2011
¡Me voy!
Mi próximo post será desde Tokio, donde pasaré 5 intensos días antes de marcharme a Okinawa para empezar el curso. Me he comprado la cámara, ¡o sea que tendréis fotos a porrillo!
Podría ponerme a hablar de todo lo que me ha sucedido estos días, de cómo me va o cómo llevo todo el traqueteo (que de hecho ha terminado. Tengo las maletas hechas y cerradas a estas horas), pero no puedo. Son demasiadas cosas, y tantas despedidas difíciles me tienen un poco trastornada. No atino mucho a escribir, ahora mismo.
Os dejo una fotito de mis preparativos :) Nos vemos en nada de nuevo en la otra punta del globo.
P.D: ¡El blog nuevo estará listo muy pronto!
Podría ponerme a hablar de todo lo que me ha sucedido estos días, de cómo me va o cómo llevo todo el traqueteo (que de hecho ha terminado. Tengo las maletas hechas y cerradas a estas horas), pero no puedo. Son demasiadas cosas, y tantas despedidas difíciles me tienen un poco trastornada. No atino mucho a escribir, ahora mismo.
Os dejo una fotito de mis preparativos :) Nos vemos en nada de nuevo en la otra punta del globo.
P.D: ¡El blog nuevo estará listo muy pronto!
lunes, 29 de agosto de 2011
Haiku del día
El haiku del día de hoy es especial. Especial porque es de elaboración casera ;) Si os recuerdo que me marcho el 21 de Septiembre, justo el día que termina el verano, quizá le encontréis más sentido:
旅立ちは
君との日々と
夏の末
Tabidachi wa
Kimi to no hibi to
natsu no sue
El día de la partida. El fin de mis días contigo, y del verano.
sábado, 27 de agosto de 2011
A mis pedacitos
- ¿Papeles?
- Sí, llevo la credencial de becaria, los billetes de avión, el pasaporte y el papeleo de la universidad.
- ¿Y el certificado este?- me dijo enseñándome el papel de colorines.
- También me lo llevaré por si acaso...
- ¿Tus medicinas?
¡Cierto! Mis medicinas. Últimamente se me estaba dando muy bien eso de desfallecer de repente.
- Improvisaremos un botiquín.
Mi maleta tenía poca ropa de abrigo. No me iba a hacer falta allí. Nada de calcetines mulliditos, nada de jerséis de lana ni gorritos con borlas. Nada de botas forradas.
Miré hacia esas dos enormes cajas con ruedas que rebosaban colorines en forma de ropa, libros, bolsas repletas de pequeñas cositas, de mi perfume de siempre, de mis pijamas de dibujitos... De un montón de cosas que me daba pánico extraviar en el largo trayecto en avión hasta Okinawa.
- Dime... ¿Cuidarás de las flores cuando yo me haya marchado?- dije.
- Bueno, las iré regando.
- No, no es sólo eso... trátalas con cariño. Tengo unas semillas de lirio nuevas, y quiero saber de qué color saldrán esta vez. ¿Les harás una foto? Las flores apenas le duran dos semanas.
- ¿Dos semanas? ¿Cuidas una planta durante un año por dos semanas?
- Sí. ¿Te parece estúpido?
- Un poco.
- Pues en realidad es hermoso.
- ¿Tú crees?
- Las cosas son bellas porque algún día terminan. Incluso la muerte es hermosa en cierta forma. Si los lirios siempre estuviesen ahí, apenas los miraríamos.
Me miró, calló y siguió recogiendo mis trastos esparcidos por toda la habitación, colocándolos en cajas. Al día siguiente iba a irme de ahí, pero de un modo distinto al habitual. Cuando sales por la puerta de tu casa y no te llevas la llave para volver a entrar, sabes que algo va a cambiar mucho en tu vida.
- ¿No te duele marcharte?- dijo finalmente.
- Como si me arrancasen el alma del pecho- respondí con tranquilidad.
- ¿Y acaso eso te parece hermoso? ¿Es un final bonito?
- Sí. Es bonito porque duele. Lo triste sería que no me diese pena irme de aquí.
- Pero... quizá sea conmovedor, pero no me parece bonito.
Me senté en el sofá para descansar un rato e intenté explicarle lo mejor que pude:
- Desde hace ya un mes que me paro a pensar en todas esas noches de risas que no volveré a vivir en bastante tiempo, en todas las llamadas que no podré recibir, en esos ojos que no podré volver a mirar fijamente en tantos meses... y me parece desgarrador. Quiero sentarme en el suelo, ponerme a llorar y gritar que no quiero marcharme; cerrar los ojos, apretar los puños y que al contar hasta diez todo haya pasado, que ese billete de avión no esté en realidad ahí, o que la vuelta sea más pronto... y entonces, cuando abro los ojos y todo sigue igual, duele. Duele mucho, no sabes cuánto.
- ¿Y por qué no te quedas?
- Seguro que encuentro muchas cosas allí. Es el camino que he elegido, y yo siempre he tirado hacia arriba. Hacia delante no, hacia arriba. Ir "adelante" suena a sobrevivir insulsamente, a seguir caminando para ver qué te encuentras. A mí me gusta más pensar en una escalera de mano que hay que ir subiendo, y este es el siguiente escalón. Además... Es hermoso. Ver esos ojos y saber que todo se acaba pronto. Tomar una mano pensando en retener en tu memoria ese tacto que no volerás a sentir en mucho tiempo.
- ¿Como con el lirio?
- Como con el lirio. Lo más hermoso de verlo florecer es saber que tienes que disfrutar de su corta existencia con la máxima intensidad. Y en cuanto a mí... Me siento afortunada de sentir este dolor. Es el dolor más hermosamente desgarrador que he sentido nunca.
- Pero volverás, ¿no?
- Volveré, vaya si volveré. Y acabaré todo lo que dejé a medias.
Gracias, gracias de verdad por hacer de esta marcha algo tan devastadoramente difícil.
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